Las pastelerías preparan los dulces más típicos de la festividad de Reyes Magos. El tradicional Roscón de Reyes, greixoneres y el carbón son los dulces que se ofrecen sobre mantel el día de Reyes. Curiosamente esta repostería que se sirve tras el almuerzo o cena, en realidad es de cierto sabor salado. Las greixoneres dels Reis no se encuentran en todas las pastelerías, pues su elaboración se realiza en pocos hornos. Uno de los que tiene la tradicional receta de la greixonera de Reyes es el horno del Santo Cristo, de Palma. Las cazuelas de sopas mallorquinas, compuestas por bizcochos, a modo de pan, y mazapán con colorante rojo y verde, que dan forma a las judías verdes, guisantes, aceitunas, rabanitos y salsa de tomate cuesta alrededor de las mil pesetas, entre 6 y 7'20 euros, dependiendo del tamaño de la cazuela.
Otros que no parecen mazapán, debido a su excelente imitación, son los platillos de aceitunas con anchoas, huevo frito con patatas y salsa de tomate, lomo con salsa y pa amb oli con aceituna. La realización del huevo frito, por ejemplo, está elaborada con yema de mazapán y fondant y la salsa de tomate es sencillamente mermelada de fresa. Su precio oscila entre las 650 y 800 pesetas. El roscón de Reyes o galette es, quizás, el dulce más reciente en esta festividad. Prácticamente desde hace diez años irrumpen en la pastelerías dos días antes del seis de enero.
Uno de los lugares, en Palma, donde el roscón de Reyes recién hecho cuenta con sabroso prestigio es la pastelería Chantilly de Santa Catalina. Julián Campos, propietario y pastelero, señala que este postre tiene sus orígenes en Francia y está elaborado a partir de la masa de brioche, con una estudiada composición de frutas confitadas y pasas. Por supuesto en su interior el galette de Reyes esconde el haba y el rey. Ya se sabe que quien consigue el rey queda coronado y a quien le toca el haba, paga el roscón. Su precio oscila entre las 1.300 pesetas y las 3.600 pesetas, cuenta con dos tamaños, raciones para seis o catorce personas.
El dulce, rebosante de azúcar, más popular en estos días puede que sea el carbón. Verdaderas piezas dulces que imitan al carbón y que se regalan tanto en vísperas de Navidad como en el día de Reyes Magos. La intención de regalar carbón no es precisamente para agradar o disfrutar con su sabor. Realmente el carbón se ofrece antes de abrir los regalos y para gastar la broma, «como has sido malo, sólo te han traído carbón». En definitiva, los dulces de Reyes ponen color sobre la mesa y mucho humor, ya sea al recibir saquitos o trozos de carbón o al tocar el haba en el roscón. Una tradición que este recién estrenado año cuenta con gran aceptación en la sociedad mallorquina.
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