TW
0

Los pagos con pesetas siguen siendo mayoritarios en el mercadillo de frutas y verduras de la Plaça Pere Garau de Palma. Cada jueves suele ser frecuentado por muchos palmesanos pues allí se sitúan los payeses venidos de fora vila para vender los productos salidos de su propia huerta. El sol y la buena temperatura acompañaron y el mercadillo resultó más animado que nunca. Entre los usuarios la estrella de los comentarios fue, como es lógico, el euro.

Catalina Tugores y Miquel Porquer Burguet, de Muro, atienden en su puesto de hortalizas, y rotularon sus productos con euros y pesetas. Ellos subrayaron que «es el primer mercado del año que hacemos y la gente nos paga más con pesetas. Quienes nos dan euros lo hacen con monedas porque todavía no han pasado por el banco». En este puesto vimos a una clienta, Carmen Pons, de Palma, que pagó con euros. Esta señaló que «lo hago desde el día uno de enero por la mañana porque nos tenemos que acostumbrar».

Catalina Ginestra Can Soler, de Sóller, en su puesto de cítricos destacó que «los pagos de hoy me han venido en un cincuenta por ciento en euros y en pesetas. La gente mayor se va acostumbrando y nosotros nos enredamos algo más en devolver el cambio. Yo no hago redondeo pues los payeses vamos con Mercapalma». Francisco Gregorio, de Palma, compraba naranjas y lo hizo con monedas de euros. «Pago con la nueva moneda "afirmó" porque he agotado las pesetas. Así es mejor pues evitamos hacernos un lío».

Junto al portal del edificio del mercado municipal de Pere Garau tiene su puesto de flores Guillem Ginart, de Campos. Este dijo que «la gente va pagando con pesetas y con euros, tanto las monedas como los billetes. Un cliente me ha pagado con un billete de 50 euros y claro, le he tenido que devolver el cambio, cosa que por falta de práctica me resulta algo enredoso». En la otra explanada del mercadillo payés nos encontramos a una veterana, Margalida de Son Roig de Campos. Con no demasiada mercancía a la vista, los precios estaban rotulados con pesetas, y la cuenta del género la seguía haciendo con lápiz y un trozo de cartón, nada de máquina calculadora.

La vendedora señaló que «hoy es el primer día y no he traído euros, pero me han enroscado unos cuantos. No me pongo nerviosa por ello porque hay todavía dos meses de plazo». Cerca de ella estaba una usuaria, María Andreu, que compraba patatas y cebollas y pagó con un billete de 20 euros. «Yo soy moderna, "afirmó" nos tenemos que acostumbrar y me he decidido desde ya a pagar con euros».