Aunque pueda parecer que los niños muy pequeños no disfrutan lo suficiente de esta época de regalos, esto no es cierto. Ellos enloquecen como los que más. Pero se debe tener claro que no cualquier juguete va a hacer las delicias de estos pequeños. Hay que seleccionar el idóneo para su temprana edad. El juguete debe ser adaptado a la edad del niño y a su nivel de maduración. Por esta razón, cada edad tiene unos juguetes más apropiados que otros.
Los niños de edades comprendidas entre 0 y 3 años deben jugar con complementos que favorezcan el desarrollo de las habilidades manuales y de coordinación. Son aconsejables los sonajeros, los proyectores, los móviles y ordenadores educativos, y los muñecos que gatean, ríen y cantan. Con ellos, se fomentará la creatividad y la imaginación del pequeño y se colaborará en la adquisición de hábitos de comportamientos correctos. Los padres o tutores también deben conocer los personales gustos del niño en cuestión, y adaptar estas reglas a su hijo.
Entre los 3 y los 6 años cobra gran importancia el juego simbólico y social, como los ordenadores, las muñecas, las motos, los coches, los tocadores... Aunque los juguetes no tienen sexo, son muchas las marcas comerciales que se empeñan en diferenciar los artículos según si se trata de una niña o de un niño. Así, los juguetes como los tocadores, las casitas, las muñecas o los distintos artículos de limpieza están hechos primordialmente para niñas; para que ellas empiecen a habituarse a las distintas tareas que tradicionalmente se adjudican al sexo femenino. Para los chicos existe toda una gama de productos tecnológicos como ordenadores, coches y motos para que tomen contacto con las seculares obligaciones masculinas.
Se haga o no esta tradicional distinción, los juegos de estas edades deben fomentar las relaciones sociales, la concentración, la atención y la memoria del niño. Son un complemento indispensable de las primeras horas lectivas en el colegio del niño. El juguete no es sólo un regalo extraordinario, que se asocia a las Navidades, sino que es indispensable para el desarrollo equilibrado en las diferentes facetas de la personalidad del niño. A determinadas edades, los menores huyen de los juguetes y se refugian en otros artículos.
La psicología infantil ha demostrado la importancia y la necesidad de que el niño dedique muchas horas al juego, indistintamente de la edad en la que se encuentre. De esta manera, para los niños de entre 6 y 12 años se aconseja potenciar y reforzar los aprendizajes escolares, el fomento de la memoria, la concentración y la atención. Los juegos de electricidad, las maquetas y distintos artículos tecnológicos favorecen este desarrollo. Además, en estas edades los juguetes son una cuestión de moda; es el caso de Harry Potter.
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