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La Direcció General de Patrimoni i Entitats Jurídiques de la Conselleria de Presidència constata un boom en la constitución de fundaciones en las Islas durante los dos últimos años, según publica en su edición de enero la revista «Desarrollo». En estos momentos hay inscritas en el Registro de Fundaciones un total de 124, de las cuales más de 60 lo han hecho en los ejercicios 2000 y 2001. De este total, 45 están registradas como entidades asistenciales, 54 en el apartado cultural, 16 con objetivos educativos, docentes y de investigación, 5 en el ámbito laboral, 2 como científicas, 1 como fomento del deporte, 1 como fundación sanitaria y 2 como delegaciones extranjeras.

Pese a este boom, que en opinión del Govern continuará durante este año, en la citada revista se indica que se echa a faltar la presencia de las grandes empresas y los grupos turísticos en el mecenazgo en materia cultural, científica o en deportes, «las únicas a reseñar son la Fundació Serra y la Fundación Barceló, que sí han apostado por entrar en esta dinámica social. Se puede decir que es la gran asignatura pendiente de las grandes empresas que tienen su sede en las Islas».

Balears, pese a todo, fue la primera autonomía en disponer de un Consejo Superior de Fundaciones, propiciado en parte porque desde 1996 el Ejecutivo autonómico tiene las competencias en materia de fundaciones. Dicho Consejo tiene como funciones asesorar, informar y dictaminar sobre cualquier disposición legal que afecte directamente a las fundaciones. Las dos últimas registradas han sido la Fundació de la Caixa Pollença y la Fundació Sa Nostra.

En la misma información se especifica que un hecho que puede haber incidido para que el sector turístico no haya apostado por las fundaciones, «puede ser la mala experiencia que se produjo con la Fundació Illes Balears, presidida por el ex presidente del Govern Gabriel Cañellas. La polémica judicial que se la salpicó afectó a la imagen de la institución y a sus patrones, entre los cuales había cadenas hoteleras y grupos turísticos».

De todas las fundaciones inscritas no hay ninguna turística, salvo la Fundación Turística y Cultural, que se creó para sufragar el pago de la construcción del yate del Rey. Un factor que también ha podido incidir para que las grandes empresas no hayan apostado por las fundaciones es el desconocimiento existente sobre su mecánica y régimen fiscal. Lo que sí se resalta es la progresiva apuesta por ayuntamientos, cajas de ahorros y la propia Comunitat Autónoma en crear fundaciones públicas, «es la forma de poder acceder a fondos estatales que de otra forma sería casi imposible el poder beneficiarse de los mismos, ya que los controles son muy estrictos».