TW
0

JUAN MIGUEL LÓPEZ
Las rebajas 2002 abrieron ayer sus puertas en Balears sin miedo al euro y a los problemas que pueda generar tanto a consumidores como a comerciantes, en una jornada en la que las grandes superficies y los comercios del centro de Palma registraron una afluencia de público similar a la de otros años. El consumidor se lanzó ayer a la compra en una campaña comercial que no cuenta entre sus previsiones con una reducción de las ventas a causa de la moneda única, según reconocieron ayer a este rotativo portavoces de grandes superficies como El Corte Inglés y Porto Pi. Si bien, algunos pequeños comerciantes señalaron que la evolución de las rebajas aún es una incógnita que en unos días se resolverá.

Ayer poco antes de las diez de la mañana, hora de apertura muchos comercios, se registraban algunas colas en los accesos de las grandes superficies y de las franquicias de los tiendas textiles de la zona centro, una afluencia que fue incrementándose a lo largo de la mañana y especialmente por la tarde, tras el horario laboral.

Numerosos consumidores consultados por este periódico afirmaron que tienen las mismas intenciones de comprar en las rebajas que en años anteriores y que el euro, en principio, «no va a ser un obstáculo ya que ante la duda utilizaremos la tarjeta». Según el portavoz de El Corte Inglés, Josep Ramis, «las previsiones son las mismas que en otras rebajas. Al igual que en Navidad, esperamos que el público acuda con la misma regularidad. Aunque nunca se sabe cómo va a afectar el euro, no esperamos que vaya a haber grandes cambios con respecto a años anteriores».

En la misma línea se expresaba ayer a este periódico el presidente de la Comisión de Comerciantes de Porto Pi Centro, Juan Cirer, quien manifestó que «el euro no va a ser un aspecto determinante en el desarrollo de las rebajas, ya que los clientes están asumiendo con bastante normalidad el reto de la nueva moneda». Las rebajas 2002, que han comenzado en Balears con cierto retraso con respecto a otras comunidades autónomas que las iniciaron el 2 de enero, cuentan igualmente con la particularidad de que finalizarán en dos meses, coincidiendo de esta manera con el fin de la peseta.

En este sentido, algunos comerciantes señalaron que en muchos casos «las tiendas están haciendo la labor de los bancos ya que mucha gente viene a comprar con billetes de 10.000 pesetas para que le devolvamos el cambio en euros». Por igual motivo, el optimismo también se ha asentado entre ciertos responsables del sector que afirman que «las previsiones son mayores porque la gente se está deshaciendo de la peseta al ir de compras», como así se expresó ayer la encargada de Sindicato Center, Antònia Bennàsar, responsable de un comercio textil situado en la céntrica calle de Ciutat.

Bennàsar coincide igualmente con otros comerciantes en afirmar que el retraso de la temporada de invierno hará aumentar el volumen de negocio. «Este año pasado ha hecho calor prácticamente hasta diciembre y la gente ha comenzado a comprar ropa de abrigo tarde. Y eso ha propiciado que muchas personas hayan esperado un poco para comprar en las rebajas».