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Sebastià Vallori, ex secretario del ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, cuando éste presidía el Govern balear, negó por segunda vez ante el juez del «caso Bitel» que hubiese «espiado» o manipulado el correo electrónico del actual conseller d'Obres Públiques, Francesc Quetglas. Su abogado, Diego Wencenblat, solicitará al juez que archive la causa por «no haber indicio alguno de delito», afirmó.

En su segunda comparecencia como imputado en la causa que investiga el titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Palma, Enrique Morell, Vallori reiteró su inocencia, y pese a que uno de los archivos «seny.txt» fue rescatado del ordenador de Quetglas con su clave, insistió en que «más personas tenían acceso a esa clave, como lo atestigua un informe policial». Su abogado explicó que Vallori dijo al juez que «desconocía» el contenido de archivo «seny.txt», e insistió en que su clave, como la del resto de sus compañeros, se anotaba en un registro, «y cualquiera podía obtenerla».

En ese contexto, el letrado anunció que el «caso Bitel» ya se estaba «extendiendo demasiado» y que por ello iba a solicitar al juez el archivo de la causa, «ante la reiteración de unas diligencias que siempre conducen a lo mismo y que no han probado, en absoluto, la comisión de un posible delito por parte de mi cliente», precisó. El abogado de Quetglas, Antonio Diéguez, en cambio, afirmó que el archivo «seny.txt» fue copiado empleando la clave de Sebastià Vallori, «y ese es un hecho irrefutable porque así consta en todos los informes periciales realizados hasta ahora», subrayó.

Ayer, asimismo, declaró como imputado el funcionario del Govern Rafael Rodríguez Soler, que también tenía acceso al ordenador investigado por el juez, aunque negó cualquier vinculación con el «caso Bitel». También comparecieron, en calidad de testigos, el director general de Ordenació del Territori, Manuel Cabellos, y el funcionario Fernando Monar, que fue la persona que envió el archivo polémico a Francesc Quetglas. El juez debe pronunciarse sobre la petición del abogado de Quetglas para que Matas preste declaración ante el Tribunal Supremo «y explique por qué leyó en el Parlamento de Balears el informe extraído del ordenador de mi cliente antes de que éste lo hiciese público», señaló.