Según dichas cifras, correspondientes a 2001, durante el año
pasado se empadronaron en Palma 11.608 extranjeros procedentes
tanto de los países de la Unión Europea como del resto del mundo.
Por contra, en Palma sólo se empadronaron 11.542 personas con
ciudadanía española, procedentes tanto de la Península como de
Balears. Esto ha sido posible por el hecho de que se han producido
dos tendencias bien opuestas. Por un lado, del año 1999 hasta ahora
el flujo de ciudadanos españoles que se han empadronado anualmente
en Palma ha caído un 50 por ciento al pasar de los 15.816 que
llegaron en el año 1999 a los 11.542 del año pasado.
Por contra, durante el mismo tiempo el flujo de inmigrantes
extranjeros se ha duplicado por tres, es decir, ha aumentado cerca
de un 300 por ciento en tres años. Si en 1999 el total de
extranjeros que se empadronaron no llegaba a 4.000, ahora superan
de largo los 11.000. Si nos remontamos al año 1997, la evolución ha
sido todavía más sorprendente, ya que el número de extranjeros que
se empadronan anualmente ahora es once veces superior al de
entonces.
Ahora bien, para hablar de extranjeros debe diferenciarse entre
comunitarios y extracomunitarios ya que si en principio Balears y
Palma eran un punto de atracción, especialmente de ciudadanos
europeos, ahora los que vienen de fuera de la Unión son mucho más
numerosos. De hecho, en el año 1997 en Palma se empadronaron 642
ciudadanos de la Unión Europea por 434 ciudadanos procedentes del
resto del mundo. El año pasado se empadronaron en Palma 9.833
extracomunitarios frente un total de 1.775 ciudadanos de la Unión
Europea.
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