Miquel Capellà, que ostentaba la presidencia de la Caja de Ahorros
de Balears Sa Nostra desde el 18 de octubre de 1999, presentó ayer
su dimisión ante el consejo de administración de la entidad, que
aceptó su renuncia ante los argumentos expuestos por Capellà. El
vicepresidente primero, Bartomeu Nadal, asume la presidencia en
funciones. Su decisión pilló por sorpresa al consejo, pese a que
algunos miembros conocían el malestar latente de Miquel Capellà
desde la última asamblea general de la entidad, que tuvo lugar el
pasado 20 de diciembre, pero no se esperaban una actuación de tales
características.
Miquel Capellà puntualizaba ayer un tanto decepcionado por todo
lo acontecido: «Tras los últimos acontecimientos que ha vivido la
entidad, he considerado que se necesita al frente de Sa Nostra a
una persona de consenso... yo, por las razones que sean, no soy
esta persona y dimito porque considero que no soy el presidente de
consenso en Sa Nostra. La situación interna se estaba degradando y
había que tomar una decisión firme al respecto». Considera que el
consejo de administración debe actuar a la mayor rapidez posible
para elegir la persona adecuada, «sé que la hay y la encontrarán.
El proceso no durará más de un mes, dado que no podemos dar
ventajas a la competencia».
Niega rotundamente que existan motivos «ajenos» a su persona,
«la resolución adoptada viene de un período de reflexión interna en
el que se han sumado un cúmulo de circunstancias. No hay nada
relacionado con escándalos ni problemas concretos con la
trayectoria de la entidad. Simplemente se trata de una cuestión que
incide en el hecho de que las personas debemos estar donde podemos
ser útiles y yo, en esta coyuntura, no lo era, de ahí que haya que
buscar una persona de consenso».
La renuncia de Capellà fue analizada ayer en el transcurso de la
sesión constituyente del consejo de administración. Un comunicado
remitido por la entidad señalaba que los motivos de la renuncia han
sido, fundamentalmente, «los resultados de la pasada asamblea
general, lo cuales supusieron un principio de división en el
consenso del máximo órgano de gobierno de la institución. La
renuncia permitirá conseguir una plena y definitiva estabilidad
institucional».
Preguntado Capellà por el daño de imagen que puede padecer la
entidad con su decisión, comentó: «Creo que si el proceso es
pacífico y transparente no se verá perjudicada la entidad. Es más,
estoy seguro de que esta cuestión será resuelta con absoluta
normalidad y que el próximo presidente será la persona de consenso
que necesita Sa Nostra. Con mi decisión saldrá beneficiada la
entidad, ya que en las actuales circunstancias no se justificaba mi
presencia como presidente. Me considero una persona generosa y con
gallardía y en mi decisión han primado antes los intereses de la
entidad que los míos particulares».
Uno de los factores que ha repercutido para que Capellà haya
dimitido han sido todas las reacciones que se suscitaron a raíz de
la citada asamblea general, que motivaron un nuevo enfrentamiento
con los patronos y una reacción airada del PP balear, así como del
ministro Jaume Matas al afirmar que Sa Nostra «es una organización
politizada».
Fundació Sa Nostra y la pugna con los
patronos
Miquel Capellà había logrado en los dos últimos años «traer» la
«paz social» a la entidad, pero a raíz de la asamblea general de
junio pasado se enconaron las posturas con los patronos con la
creación de la Fundació Sa Nostra y la plasmación de sus estatutos.
Con el paso de los meses, esta situación se agudizó y tuvo su
colofón en la asamblea general, donde la votación final reflejó 28
votos en contra y 44 a favor. Estos resultados y la amenaza de
pleitos han culminado con la dimisión de Capellà.
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