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La cena, arròs pobler, cocinado por Tomeu Quic, supone una especie de nexo de unión, una llamada al encuentro, entre los que han viajado de Mallorca para la celebración de la «Festa poblera a Gràcia» y los que de manera permanente residen en Barcelona, sean o no mallorquines, puesto que nunca falta, y forma parte inseparable de la revetla de Sant Antoni, una buena mesa bien surtida con la que obsequiar a los invitados, como así fue ayer en la capital catalana, sin que faltaran los sones de las xeremies de los germans Llargos, ni tampoco las canciones de Sant Antoni y gloses de picat.

Pero en este décimo aniversario de la nit bruixa que Antoni Torrens exportó de sa Pobla a Barcelona, una muestra de los pósters de todos esos años en la sala de exposiciones del Districte de Gràcia lo atestigua, los actos se van sucediendo y, cómo no, la gastronomía abrió las puertas a esas cuatro jornadas pobleres en Catalunya. En el Centre Artesà Tradicionarius (CAT), el jueves se ofreció una degustación a base de greixonera, botifarrons, ensaïmada de tallades, sobrassada i més coses, tras la que Felip Munar disertó sobre «Els glosadors i les tècniques de glosat», como preámbulo de la Nit de gloses, corrandes i jotes, que contó con la intervención de Antoni Socies, de Mallorca; Miquel Ametller, Esteve Barceló, Pilar Pons i Antoni Pons, de Menorca; Joseph Casadevall «Carolino» i Els Tranquils d'Osona, y Artur Galla y Jordi Fuster, del Baix Ebre.

L'Espai Mallorca acogió ayer al numeroso público infantil que acudió para presenciar «N'Espardenyeta», una de las obras más populares representadas por las teresetes del Grup s'Estornell. Por la noche, en el CAT, repleto hasta los topes, hubo un concierto del grup Pla Forana y baile con el Grup Xaloc. Por su parte, Antoni Torrens presentó el CD «Sant Antoni i el Dimoni als Països Catalans», que en breve estará a disposición del público, puesto que no ha habido tiempo material para terminarlo, como era su deseo.