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El portavoz del PSM-EN en Cort, Gabriel Barceló, indicó ayer que su grupo ha presentado dos proposiciones, una en la Gerència d'Urbanisme y otra en la Comissió Especial de Comptes i Economia, instando a que el Consistorio paralice las obras de la nueva depuradora prevista en Sant Jordi, «ya que no cumple con la normativa urbanística vigente». Barceló señaló que el proyecto de construcción de la nueva depuradora, denominado «Proyecto de ampliación de la EDAR número 1», prevé cortar el camino de Son Oliver, «que es de uso público», que enlaza la carretera de Llucmajor con Sant Jordi.

«Por otra parte, el proyecto presentado por el Ministerio de Medio Ambiente prevé la construcción de una instalación de 70.000 metros cuadrados, de los cuales sólo 19.000 están contemplados en el Pla General d'Ordenació Urbana (PGOU) como sistema general de infraestructuras», destacó Barceló, para añadir: «Las obras han empezado en los terrenos calificados como suelo rústico, contraviniendo el plan general sin que conste que se haya concedido el preceptivo 'interés general' o se haya modificado el planteamiento municipal».

Barceló indicó también que en las obras no consta ningún cartel de obras, «medida de obligado cumplimiento». Los trabajos preparatorios, de limpieza del solar, se han iniciado este mes de febrero. «Por todo ello, instamos al Ajuntament de Palma a que pare de manera inmediata las obras en tanto que contravienen el PGOU y asimismo le instamos a que garantice el actual trazado y uso público del camino de Son Oliver», concluyó.

Por su parte, el portavoz de la Plataforma de Sant Jordi i s'Aranjassa en defensa del Prat, Josep Lendínez, señaló que la plataforma considera ilegal el inicio de las obras «a escasos quinientos metros» de la población de Sant Jordi i s'Aranjassa y señaló que, en este sentido, el Tribunal Superior de Justícia del País Valencià ha declarado ilegal, en sentencia de 15 de enero, el proyecto y la ejecución de la depuradora de San Fulgencio, en Alacant. «La sentencia constata que la depuradora se encuentra a menos de cuatrocientos metros del núcleo urbano, frente a los dos kilómetros que exige la ley, circunstancia que en principio obliga a su demolición», resumió.