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En una casita de la parte alta de Binianar vive su hermana Margarita, que a sus 102 años de edad mantiene sus facultades físicas y mentales en muy buen estado, tanto que hace las labores de la casa sin ningún problema, habla muy bien y recuerda mejor. Nos da la mano, frágil como una pluma, y nos invita a pasar. Con ella está su sobrino José Reus, hijo del hermano de ella, Bernardo. Por lo visto, la longevidad es algo típico en esta famlia, sobre todo en la rama de las mujeres, «pues yo he llegado a los 102 años y ya ve usted cómo me encuentro "nos dice Margarita. Mi hermana Francisca vivió hasta los 104 años y mi otra hermana, Catalina, la monja, va a cumplir 100». ¿Que en qué estado de salud se encuentra la monja? Según el sobrino José Reus, parece ser que físicamente anda algo peor que Margartita, «porque para caminar "dice" necesita de un bastón, y encima no puede caminar mucho porque se cansa. Está relevada del trabajo que tenía y ahora pasa muchas horas en la recepción del convento. Y es que nuestra tía, si no andamos errados, es la hermana mayor de la orden, la decana. Pero salvo eso, que sus facultades físicas andan un poco mermadas, mentalmente está muy bien.

Catalina Reus sintió desde siempre la llamada de la Iglesia. «Quería ser monja "recuerda su hermana" y quería ser también misionera». A los 20 años entró en Las Hermanitas de los Pobres, hizo el noviciado en la casa madre, en Francia, y fue destinada a Australia, donde permaneció cuatro años. De vuelta a Francia, se prepara para la profesión perpetua, que hace el 21 de noviembre de 1931, tomando el nombre de sor Adelina de Santa Ana. Marchó a Birmania y, por último, recaló en Hong Kong, donde ha permanecido los últimos sesenta años entregada por completo a los pobres.

Cuenta su hermana que varias veces al mes «hablamos por teléfono, hablamos en castellano pues ya no sabe hablar catalán, ¡son tantos años lejos! Ella ahora habla castellano, y tampoco muy bien, francés, que es la lengua oficial de la Orden, inglés y chino mandarín».

"¿Ha vuelto su hermana a Mallorca alguna vez?
"Sólo una, fue en 1968 "recuerda el sobrino José Reus. No es fácil venir desde tan lejos.

Catalina sufrió una tuberculosis que la obligó a ir abandonando poco a poco sus actividades en la calle, al lado de los más necesitados, para pasar a desempeñar otras de menor intensidad en el convento, en su portería concretamente, que está situado en la zona denominada Kowloon, en el continente.

"¿Sabe si hay otras monjas mallorquinas en Hong Kong?
"Tenemos entendido que hubo otra, pero ya no está allí.

José Reus, que ya ha estado en otras ocasiones visitando a su tía en Hong Kong, viaja esta próxima semana con su sobrino para pasar el día de su cumpleaños con ella. «No se cumplen cien años cada día, y ella se alegrará de vernos allí».