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Patronales empresariales y sectoriales turísticas de las Islas dieron a conocer ayer sus exigencias al Govern para poder paliar la crisis turística que puede afectar este verano a las Islas, de ahí su petición de retirada de la ecotasa, crítica al Ejecutivo autonómico de actuar de forma «autista» y no tener sensibilidad turística, confirmar que se avecina una crisis turística, que en el caso de Mallorca puede suponer una pérdida de tres millones de pasajeros este verano, y la necesidad de una campaña de promoción urgente.

Estas exigencias fueron recogidas en un documento suscrito por 11 patronales y 12 cadenas hoteleras, y refrendado por IFTO, Zontur, la Comisión de Turismo de la CEOE y el «lobby» Exceltur. El sector empresarial, que se reunió este jueves en Palma, plasma así en un documento sus reivindicaciones, que pasan por la retirada de la ecotasa y las críticas reiteradas contra la inoportunidad de su puesta en marcha y la demonización que ha hecho el Govern del sector turístico.

El presidente de CAEB, Josep Oliver, denunció la falta de «sensibilidad turística del Govern, que parece que no quiere ver la situación turística y que le da igual el porcentaje de caída, tal y como hizo el pasado año al dejar de ingresar Balears unos 90 millones de euros. Criticó, además, las manifestaciones alarmistas y antiturísticas del partidos políticos y estamentos que están alrededor del Govern». El bajón de ventas de reservas y la anulación de plazas de avión para este verano, en opinión del sector empresarial, «hará que Son Sant Joan pierda unos tres millones de pasajeros este verano y que la economía balear deje de ingresar 2.400 millones de euros».

Oliver y el presidente del Fomento, Miquel Vicenç, así como el fundador de la patronal hotelera mallorquina y de Zontur, Miquel Codolá, coincidieron a la hora de criticar la actitud del Govern respecto al turismo, «cuando Balears es una comunidad que vive y depende del turismo. Si hay crisis, ésta afectará a todos». El presidente de Sa Nostra, Miquel Pocoví, fue duramente criticado por anunciar que los turistas que no puedan pagar un euro, «que no vengan». Pere Cañellas y Miquel Lladó indicaron que la pérdida de competitividad y la caída del turismo, «afectará directamente a toda la economía balear y con ello a todo el tejido económico y laboral, de ahí que urge tomar medidas».