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A poco que echó a andar la democracia se decía que en la política se solían refugiar algunos ineptos, gentes sin profesiones brillantes, y algún que otro vividor del cuento, además de arribistas y trepas. Hoy los tiempos han cambiado que es una barbaridad y aunque puede que siga habiendo de unos, de otros, de otros y de otros, el nivel cultural es más bien alto entre sus señorías. Incluso los hay cum laudem. A sabiendas de que nos vamos a dejar a alguno en el tintero, pues son 59 y sólo elegimos cuatro, nadie les discutirá a los diputados Mabel Cabrer, Joan Flaquer y Antonio Diéguez y al conseller d'Hisenda, Joan Mesquida, que son unos lumbreras, sobre todo por su historial académico.

Antonio Diéguez, del PSOE "además de president del Parlament por un día" tiene dos carreras, Geografía e Historia y Derecho, en las que cosechó numerosos sobresalientes. Cuando hizo oposiciones para profesor y catedrático alcanzó el número uno por examen. Entre sus alumnos más destacados se encuentra Joan Mesquida, «a quien tuve en Derecho». Joan Mesquida tiene dos carreras, Ciencias Políticas y Derecho, con 18 matrículas de honor. Es, además, técnico superior del Ajuntament de Calvià, plaza que consiguió por oposición.

Mabel Cabrer, diputada por el PP, terminó Derecho con Premio Extraordinario de carrera, en la que consiguió 17 matrículas de honor de 25 asignaturas, lo que le supuso estudiar mucho durante muchos años, «pues Derecho es una carrera nada fácil que requiere mucho estudio. Por supuesto que también tuve tiempo para ir a las galas de tarde». También fue premio extraordinario en Bachiller. Cuando deje la política se dedicará a su profesión: funcionaria de la Comunitat Autònoma, plaza que ganó "fue la número uno" por oposición.

Joan Flaquer estudió una carrera, Derecho. No recuerda si fueron 16 ó 17 las matrículas de honor conseguidas. Fue también Premio Fin de Carrera. Alcanzó el doctorado con la nota máxima, cum laude. Hoy alterna la política con la enseñanza, dando clases de Derecho Mercantil y tiene entre sus alumnos a Joan Huguet, «con quien acabo de comenzar un cuatrimestre». Y a continuación, el mensaje. Atiendan: «A los jóvenes que entran en política "dice Mesquida" suelo recomendarles que antes de dedicarse a ella plenamente, primero, que se formen profesionalmente y, segundo, que busquen una estabilidad laboral. A la política dedícate cuando has conseguido estas dos cosas».

Por su parte, Mabel Cabrer, que está completamente de acuerdo con la opinión de su compañero, la refuerza señalando que «según decía mi padre, los políticos estamos de paso, por tanto, debemos pensar que cuando terminemos nuestra etapa en la política tendremos que dedicarnos a otra cosa, a la profesión que habremos elegido antes de ser político. Porque lo peor que puede suceder es que se acabe la política y no sepas dónde meterte».