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Bleza: «Espero poder cumplir la condena en Can Gazá» En su columna dominical, Antonio Garau contó la historia de un joven a quien el juez le acusó de atentado contra la salud pública por haber vendido por 1.100 pesetas cuatro pastillas y media de Trankimazin, pastillas que él toma, por prescripción médica "es portador de anticuerpos del sida, o como dice él «estoy con el síndrome del sida». La acusación "decía Garau" solicitaba para el joven la imposición de tres años de prisión y multa de 5.000 pesetas. El articulista "y servidor también" está de acuerdo con que el joven ha vendido unas pastillas que a su vez ha recibido de la Seguridad Social, lo cual, además de venta no permitida es un fraude, pero ¡jo! que por eso, con la que está cayendo a diario en cuestiones de narcotráfico, le retengan 72 horas en los calabozos y que soliciten tres años de cárcel, es una exageración. Días atrás hablamos con él (José Bleza) en Can Gazá, que es donde vive. Nos confesó que es padre de dos chicos que el Tribunal Tutelar dio en adopción a una familia, «creo que de Manacor "dudó" pues ni mi compañera ni yo podemos hacernos cargo de su manutención y educación». Confesó también que desde los 14 años anda con problemas con la Justicia, «por lo que he estado varias veces en la cárcel, pero eso ya ha pasado». Referente a «lo» de las pastillas de Trankimazin, cuenta que un joven "«mayor de edad», recalca", se le acercó y le ofreció mil pesetas por cuatro pastillas y media. «Lo acepté porque con las mil pelas que me daba podía comprar tabaco. Pero nos vieron dos policías, que me llevaron a comisaría, donde me retuvieron tres días. Me acusaron por venta de estupefacientes, por lo que me pedían tres años, que se me han quedado en una condicional de dos, más una multa de 5.000 pesetas. ¿Que cómo lo veo? Pues no lo veo justo, ya que los señores camellos andan por ahí libres, sin que nadie se meta con ellos, mientras que a mí, por cuatro miserables pastillas me cae todo eso».