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El Ajuntament de Palma anunció ayer la concesión de la licencia de obras para la apertura de un centro de atención a drogodependientes activos e indigentes en una vieja fábrica de curtidos de la Soledat, informó ayer el fundador de la asociación Zaqueo, Francisco Sanz, promotora de esta iniciativa. El concejal de Urbanismo en el Ajuntament de Palma, Rafel Vidal, visitó el lunes por la noche la barriada para informar a los vecinos, que «reaccionaron de forma visceral y se opusieron al proyecto», lamentó Sanz. «Temen que la apertura del centro pueda atraer más drogadictos a la zona -explicó-, pero intentamos hacerles entender que un centro de acogida (no ofrece servicios terapéuticos), no influye en este sentido, pues los adictos pululan por donde se vende la droga».

Los proyectos urbanísticos iniciados en la zona de sa Gerreria «ha provocado un movimiento de traslación del barrio chino -donde hasta hace poco se vendía buena parte de la droga- hacia la Soledat, el Polígono de Levante y Son Gotleu, y es cierto que en estas barridas hay más presencia de drogodependientes, pero por ese motivo», argumentó Sanz. Reconoció que «nadie quiere estos servicios cerca de su casa, pero no queda más remedio que prestarlos donde están las personas que pueden hacer uso de ellos».

La asociación Zaqueo lleva cuatro años prestando este mismo servicio de acogida en dos locales de las plazas Mercadal y Quartera, «y en todo este tiempo no hemos tenido ni una sola denuncia de los vecinos». En el centro de la plaza Mercadal se ofrece servicio de comedor, «con más de cien cenas diarias» y en la plaza Quartera «tenemos los dormitorios, donde pernoctan una media de 45 personas cada noche». Pero «estas instalaciones se han quedado pequeñas para la gran demanda, por eso, con la intención de atender a más gente y dignificar el servicio es por lo que nos decidimos a adquirir la fábrica».

El centro podría abrir sus puertas dentro de un año
Las obras de rehabilitación de la fábrica comenzarán hacia el mes de abril, una vez elaborado el proyecto de ejecución y adjudicadas las obras, «y de aquí a un año esperamos poder abrir el centro», explicó Sanz. El local tendrá capacidad para unas 80 personas. La planta baja se destinará a toxicómanos enfermos y la primer planta tendrá unas 60 plazas de dormitorio. En Zaqueo trabajan alrededor de 30 voluntarios y se financia con las aportaciones de los socios y las donaciones privadas.