Parecía un examen por el silencio, que sólo se interrumpía con
aplausos. Al terminar, la prueba. «En algún trozo me he perdido»,
según Cristian Merino, de doce años, o «el mejor ha sido Mustafá»,
para Mildred Ramírez, de diez años, fueron algunas de las
respuestas a la pregunta de si habían seguido la trama de
«L'italiana in Algeri», la ópera bufa de Rossini que ayer se
escenificó en el auditorio del colegio La Salle.
Las producciones de la Fundació Teatre Principal se inauguraron
con la representación de una pieza hecha ex professo para los más
jóvenes. Unos 500 niños escuchaban con atención las aventuras de
los protagonistas. Mustafá, papel interpretado por Antoni Marsal,
ironizaba con sus gestos y sus ademanes. Isabella, la chica objeto
del deseo de Mustafá y representada por Susana Santiago, jugaba con
sus coqueteos, algo que a Herminia Heredia le agradó especialmente.
«Era muy presumida».
La función contó con la participación de un coro y una orquesta
formada por diez miembros cada uno. Todo para ofrecer un
espectáculo dinámico que enganchase al joven público. «Me ha
gustado cómo lo hacían los cantantes», dijo Daniel Martínez, de 16
años, quien, al igual que su compañero Alejandro Martínez, nunca
había visto una ópera en directo.
Unos gestos exagerados inseridos en la historia provocaron las
risas de los pequeños, como cuando Mustafá admiraba el escote de
Isabella, lo que, a su vez, desencadenó el aplauso final repleto de
vítores.
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