El Govern penalizará la entrega de bolsas de plástico en comercios
e hipermercados de las Islas con el fin de que el sector comercial
tome conciencia del problema. De hecho, el proyecto de ley de
residuos, que está a punto de ser aprobado por el Consell de
Govern, pretende poner dificultades a los envases que no sean
retornables. Parte de la filosofía de este proyecto de ley es
tratar de reducir la producción de basuras.
La ley estatal de residuos incorpora la obligación de que todos
los envases de productos, ya sean los botes de detergente como las
latas de cerveza, paguen un canon que se destinará después a
conseguir su eliminación. Sin embargo, muchos envases industriales
quedan exentos de esta obligación, por lo que la ley balear le
obligará a elegir: o bien pagan el canon o bien fijan un sistema de
retorno del envase para garantizar su posterior reciclaje y
reutilización. La ley facultará al Govern a aprobar cuantos
decretos sean necesarios para fomentar el envase retornable en
detrimento del no retornable, cuyo uso será además penalizado.
En esta misma línea, la ley faculta a los consells a obligar a
un sector determinado a realizar por sí mismo los servicios de
recogida de residuos. El director general de Residus, Nicolau
Barceló, explicó, por ejemplo, que en ayuntamientos muy pequeños
que tienen una importante zona turística, el Consell podría obligar
a los hoteleros de la zona a realizar la recogida de residuos, por
lo cual quedarían exentos del pago de este impuesto. Barceló
explicó que, con esta medida, el ayuntamiento podría evitar el
sobredimensionamiento del servicio de recogida de residuos que
implica la zona turística.
En materia de tasas, la filosofía de la ley es clara: sigue el
principio de la Unión Europea de «quien contamina, paga». El
director general de Residus explicó que el Consell de Mallorca ya
aplica una tarifa progresiva en lo que respecta a la eliminación de
residuos; sin embargo, la mayor parte de los ayuntamientos de las
Islas no aplican estas tasas progresivas. La ley también establece
una distinción fija entre los residuos peligrosos y los no
peligrosos. Estos últimos estarán gestionados por los consells,
mientras que los peligrosos los gestionará el Govern. El director
general explicó que el Ejecutivo ya está trabajando en la
elaboración de un plan de residuos peligrosos, en el que tiene una
especial incidencia los automóviles viejos.
Nicolau Barceló señaló que Mallorca genera al año 25.000 coches
que deben ser eliminados y que en ningún caso pueden depositarse en
un vertedero ya que contienen infinidad de elementos peligrosos,
como el aceite, el líquido de frenos a los filtros. El Govern
deberá realizar un listado de chatarrerías ya que algunas de ellas
deberán convertirse en gestores autorizados encargados de realizar
primero la descontaminación del vehículo antes de separar sus
piezas para el reciclaje.
La prohibición de envases choca con disposiciones de la
UE
Aunque inicialmente el Govern estudió la posibilidad de prohibir
directamente la utilización de determinados envases, estos intentos
chocaron con la legislación europea, ya que por encima de esta
prohibición está la libre circulación de mercancías en la Unión
Europea. El director general de Residus, Nicolau Barceló, señaló
que Dinamarca prohibió la comercialización de latas de cerveza para
tratar de preservar el botellín. Sin embargo, lo tribunales
anularon esta ley ya que contravenía las ordenanzas europeas. Con
la experiencia de Dinamarca, el Govern ha apostado en su ley por
penalizar en lugar de prohibir. El proyecto de ley de residuos, que
está ampliamente negociado con los diversos partidos políticos y
sólo está pendiente de algunos flecos, faculta además al Govern a
la creación de una empresa pública que se encargue del tratamiento
de los residuos peligrosos. Barceló dio por hecho, sin embargo, que
este tipo de material será enviado fuera de las Islas.
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