La lonja de pescado de Palma, única de todo el territorio nacional
que aún mantenía un sistema de venta basado en intermediarios,
aplicará a partir del mes de junio de este año la fórmula de
«subasta electrónica a la baja». Con la puesta en marcha de este
sistema, que según fuentes de Ficopema favorece la transparencia en
las operaciones comerciales, desaparecerá la tradicional figura de
las «patronas», mujeres contratadas por los armadores para vender
el género a mayoristas y minoristas. En la actualidad son cerca de
40, concretamente 38, las mujeres que se encargan de cerrar los
tratos en la lonja, pero desde hace unos meses los profesionales de
la pesca vienen mostrando su malestar por el sistema impuesto con
los años.
Los afectados argumentan que la comisión que se llevan por cada
venta es muy alta y, especialmente, que el proceso «favorece tratos
entre ellas para que los precios no suban». De hecho, los más
críticos aseguran que, en ocasiones, parte del género ya estaba
vendido antes de se abriera el recinto. Ante esta situación, y con
objeto de conseguir un proceso «más aséptico», la dirección de la
lonja y los profesionales apostaron por un sistema de subasta y, ya
puestos, han optado por el sistema más implantado en la costa del
Mediterráneo: «la subasta electrónica a la baja». Cada una de las
cajas de pescado que saldrá a la venta pasa por una cinta con dos
pantallas electrónicas situada entre gradas donde se encuentran los
compradores.
En ellas se incluye los datos del género y un precio de salida
que irá bajando automáticamente hasta que alguno de los compradores
pulse un mando, similar al de los televisores, que le otorgará la
puja. De hecho la dirección de Ficopema, empresa que gestiona la
lonja, ya tiene un proyecto elaborado por la firma AUTEC con un
presupuesto sólo para maquinaria de 30 millones de pesetas. Ante
esta situación, y teniendo en cuenta que no se incluye en las
previsiones la llamada «obra civil», el sector se plantea la
posibilidad de pedir ayudas a la Administración y a la Autoritat
Portuaria ya que en otras cofradías de la Península el coste del
proyecto para el sector ha sido «de cero euros».
Desde Ficopema se defiende el proyecto argumentando que favorece
la igualdad de oportunidades entre compradores «ya sean mayoristas
o minoristas» y que la experiencia acumulada por otras cofradías
enseña que el precio que cobran los pescadores por el género se
incrementa sustancialmente. De hecho en la lonja de pescado de
Denia, Valencia, los ingresos de los profesionales se han
incrementado un 50 por ciento desde su implantación.
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