Sus Majestades, junto a la soprano, los directores de los coros y la Simfónica (dcha.) y las autoridades. FOTO: T.M./T.A.

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Trompeta y mucha percusión sonaron ayer en la Catedral en una nueva edición de «L'art s'escolta a la Seu», presidida por los Reyes, donde actuaron la Orquestra Simfònica, los coros de ópera e infantil de la Fundació Teatre Principal y la soprano Depphine Guillot. Organizado por la Fundació Turística i Cultural de les Illes Balears (Fundatur), el concierto convocó a numerosos amantes de la música y, en el exterior, a los curiosos que no querían perderse la llegada de sus Majestades quienes, al final del concierto, saludaron a los responsables musicales del mismo. Las obras de restauración en la fachada principal del templo impidieron que Sus Majestades accedieran al interior del mismo por el Portal Mayor, como es habitual cuando acuden a la Seu.

Lo hicieron por la puerta de l'Almoina, donde fueron recibidos por el president Francesc Antich; Maria Antònia Munar, presidenta del CIM; Maximilià Morales, president del Parlament; Juan Yagüe, comandante general; el obispo Teodor Úbeda y el alcalde de Palma, Joan Fageda. También fueron saludados por los empresarios baleares artífices de Fundatur. Entre ellos, Carmen Matutes, presidenta de la fundación; Gabriel Barceló; Gabriel Escarrer; Pere A. Serra, presidente del Grup Serra, o Fernando Marqués (Sa Nostra). La Orquestra Simfònica y los coros del Principal ofrecieron un brillante concierto en el que se interpretaron «La gran pascua rusa», de Rimsky Korsakov, y un «Te Deum» que el compositor inglés Paul Patterson creó en los años ochenta.

El músico se encontraba ayer en la Seu y, al final, acompañó a coros y orquesta a recibir el aplauso del público. Geoffrey Simon llevó la batuta del concierto. Los directores de los coros fueron Xisco Bonnín, al frente del de ópera, y Maria F. Mir del infantil. Los cantores de la Fundació Teatre Principal, niños y voces femeninas, estrenaron indumentaria. Los primeros de color blanco y las señoras en raso y encaje beige. Entre las anécdotas, el mareo de una de las cantantes del coro. A reseñar la actuación de los percusionistas y trompetistas que desplegaron todo su saber porque el «Te Deum» dio gran protagonismo a estos instrumentos.