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El paso del tiempo ha hecho que algunas tradiciones y hábitos vayan cambiando. Algunos de los propietarios de cafés antiguos recuerdan cuáles eran las costumbres de la gente cuando iba al bar y los cambios que se han ido produciendo a lo largo de los años. Algunos de estos cafés de pueblo empezaron a funcionar hace más de ochenta años y todavía conservan la estructura de sus inicios. Es el caso del céntrico bar Can Moixet o s'Espanyol de Pollença que mantiene la estructura interior de sus inicios.

Miquel Font del café Can Tomeu ha vivido desde siempre entre bares y explica cómo las costumbres de la gente de Maria de la Salut han ido cambiando. «Hace años, nuestro bar no se cerraba por las noches. Mi socio y yo nos turnábamos; cuando yo estaba a punto de cerrar, él venía para dejarlo todo listo para la mañana siguiente», recuerda. Tomeu Bestard, propietario de Can Bestard de Lloseta, explica cómo han ido cambiando las costumbres. «Mi abuelo abría el bar a las cuatro y media de la mañana ya que los mineros y cazadores de Lloseta pasaban por el bar antes de empezar la jornada».

Cas Puput de Mancor se fundó hace unos ochenta años y es el bar más antiguo del pueblo. Teresa Martorell explica que «la gente viene al bar para ver a los amigos y hablar un rato o leer la prensa; son pocos los que todavía juegan a truc, es una tradición que aquí se ha perdido». Martorell comenta que «una de las curiosidades del bar es que los fines de semana un grupo de mujeres se reúnen en el bar para jugar a garrafina». La mayoría de estos bares, que en algunos casos han pasado de padres a hijos, continúan siendo el punto de referencia de la gente del pueblo y foráneos. Es el caso de Can Pau en Búger que antes de ser un café fue una tienda de comestibles conocida como Can Poll. Desde siempre este bar ha sido uno de los puntos de reunión ya que está situado muy cerca de la Plaça Major.

Los clientes afirman que destaca, sobretodo, por los platos de comida mallorquina que elabora la cocinera. Ahora sus clientes lamentan que dentro de poco can Pau cerrará sus puertas para siempre y la calle no volverá a ser lo mismo. Casa Miss es uno de los cafés más antiguos de Sa Pobla y es frecuentado por gente de todas las edades. Este local destaca por sus exposiciones. Es el punto de encuentro de Jonqueres veres, un grupo formado por pintores y escritores que creó hace 17 años el cronista oficial de Sa Pobla, Alexandre Ballester. Se encarga de organizar las exposiciones que cada 15 días se van renovando.