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EFE-P.C. Tras dos horas de intenso interrogatorio, el juez Ismael Moreno decretó ayer el ingreso en prisión incondicional del ciudadano argelino Ahmed Brahim. Está acusado, entre otras cuestiones, de dar cobijo en su piso del Passeig Marítim de Palma a un lugarteniente de Bin Laden. Brahim, detenido el pasado domingo en Sant Joan Despí (Barcelona), negó cualquier vinculación con la red terrorista de Al Qaeda. Según informaron fuentes jurídicas, el detenido, que prestó declaración ante el magistrado durante más de dos horas, ratificó las manifestaciones hechas ante la Guardia Civil y aseguró que quiere dedicar su vida a difundir que los valores islámicos no tienen nada que ver con el terrorismo.

Las Fuerzas de Seguridad, según fuentes de la investigación, acusan a Brahim, de nacionalidad argelina, de haber suministrado los medios financieros para la comisión, en 1998, de los atentados contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania, y de estar relacionado con algunos de los autores materiales de estas acciones. Uno de ellos, cuyo rastro ha llevado a la detención de Ahmed Brahim, según las mismas fuentes, es el sudanés Mandhu Mandhu Salim, alias Abu Hajer, detenido en Alemania en 1998 y posteriormente extraditado a los Estados Unidos.

El atestado policial asegura que Brahim alojó a Salim en su domicilio de Palma al menos en dos ocasiones, la última de ellas en el verano de 1998, sólo tres días antes de que el sudanés fuera detenido en Alemania a mediados de septiembre de ese año. La posible vinculación de Brahim con redes del terrorismo internacional, dejó perplejos a sus vecinos del edificio «Miramar» del Passeig Marítim, que todavía no salen de su asombro.

En el informe, sin embargo, no se hace mención a ninguna relación de Brahim con Mohamed Atta, uno de los pilotos suicidas de los atentados del pasado 11 de septiembre en Nueva York y Washington, de cuyo paso por España el pasado verano hay evidencias. El detenido el pasado domingo tampoco aparece vinculado a la supuesta célula de la red terrorista dirigida por el saudí Osama Ben Laden desarticulada en España el pasado mes de noviembre y cuyos miembros ingresaron en prisión por orden del juez Baltasar Garzón, que los acusó de tantos delitos de terrorismo como víctimas hubo en los atentados del 11 de septiembre.

La investigación se centra ahora en los registros de llamadas telefónicas y cuentas corrientes intervenidos, y en las empresas informáticas y de compraventa de embarcaciones deportivas (la sociedad Nora Yachting de Palma) que dirigía Brahim. Durante su declaración ante el juez, el detenido reconoció que había alojado a varias personas en su domicilio, pero que no las conocía porque se las enviaban terceros. Añadió que, además, mantenía contactos con grupos islamistas de otros países que le enviaban libros sobre esta religión para que él los difundiera a través Internet aprovechando sus conocimientos informáticos.