Sin 'walkie-talkie', sin porras, sin placas y con el uniforme hecho
trizas. Así acabaron el martes por la tarde dos policías locales de
Palma que fueron salvajemente apaleados por un grupo de una
veintena de gitanos que, además, les sustrajo 50 euros de la
cartera. El linchamiento se produjo a las 13.55 horas, cuando una
patrulla policial formada por dos agentes de la Unidad de
Intervención Inmediata (UII) se desplazó hasta una antigua villa
abandonada de la calle Cala Mitjana. Una numerosa familia de un
clan gitano había encendido un fuego para cocinar y los bomberos
habían hecho acto de presencia porque existía peligro de que las
llamas se propagaran.
En el exterior de la finca había estacionadas numerosas
furgonetas de transporte y los bomberos solicitaron que las
retiraran para poder actuar con libertad de movimientos, a lo que
los interpelados hicieron caso omiso. Los dos policías insistieron
en la necesidad de retirar los vehículos y se encontraron de nuevo
con la indiferencia absoluta de aquel grupo de personas. La tensión
fue en aumento y cuando un policía trató con mayor contundencia de
hacer entrar en razón a uno de los conductores, un ocupante de la
furgoneta se apeó y la emprendió a empujones contra él.
Su compañero salió en su defensa, pero el conductor también se
bajó y tomó parte en la refriega. La situación parecía controlada,
hasta que el resto de familiares (unos veinte) se enfureció por la
actuación policial y se abalanzó sobre los dos agentes, armados con
sillas, garrotes y piedras. Los funcionarios efectuaron una defensa
numantina, ante aquella aplastante superioridad numérica, y además
no pudieron emplearse a fondo porque entre los agresores había
niños y podían resultar lesionados. La multitud exaltada arrebató
las porras y los trasmisores a los agentes y les sometió a un
auténtico linchamiento. Los uniformes del 092 quedaron
irreconocibles, en un estado penoso, y los agresores incluso se
apoderaron de una cartera que contenía 50 euros.
Las gafas de sol Ray-Ban de los policías también sufrieron las
consecuencias de aquella avalancha y el 'Walkie-Talkie' apareció
finalmente en un charco, inoperativo. La llegada de refuerzos salvó
a los dos funcionarios vapuleados de daños mayores y la
intervención finalizó con la detención de dos de los agresores,
mientras el resto huía en desbandada. Las víctimas de la paliza
fueron trasladadas a un hospital donde les apreciaron traumatismo
craneal, esguince cervical y contusiones en todo el cuerpo.
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