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El dimitido conseller d'Ordenació del Territori, Rafael de Lacy, justificó ayer su renuncia en el «calvario» periodístico al que ha sido sometido desde que tomó posesión de su cargo como responsable de Ordenació del Territori del Consell. «No todos estamos dispuestos a continuar en política a cualquier precio», dijo Lacy.

El conseller insistió en que su situación personal y familiar le han hecho «imposible» continuar en el cargo. El conseller se refirió a «campañas mediáticas de desprestigio personal» y denunció un seguimiento privado constante de su persona «llegando incluso a llamar al despacho en el que había trabajado para encargarme asuntos y demostrar que continuaba ejerciendo de abogado».

Ante las reiteradas denuncias aparecidas en la prensa vinculadas con su anterior ejercicio de abogado, el ex conseller d'Ordenació del Territori aseguró que no podía aguantar más «y volver a pasar un nuevo calvario».

Lacy se refirió a la querella presentada por miembros del PP en su contra como consecuencia de unas declaraciones realizadas por el ex conseller «de las que no quiere tener razón, pero sí justificarlas porque fueron hechas en un estado de defensa personal y producto de los continuos ataques contra mi honorabilidad».

La presidenta del Consell, Maria Antònia Munar, salió en defensa de Lacy y señaló que el gobierno insular ha estado sometido a numerosas presiones. «Se han hecho buscas y capturas de miembros del Govern», dijo. La presidenta explicó que ya hace un año Rafael de Lacy trató de dimitir, pero ella le pidió que continuara. «Sin embargo, todo tiene un límite y entiendo que no se puede perjudicar el estado anímico de las personas», afirmó.