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La Caixa de Pollença, Colonya, se plantea ampliar sus productos destinados a actuaciones solidarias, después de observar un incremento del 50 por cien en las solicitudes de libretas de ahorro ético -así se denominan- en sus dos primeros ejercicios fiscales. Tarjetas de crédito, fondo de inversión, créditos bancarios son algunos de los elementos que esta entidad financiera podría destinar a una obra social vigilada por una comisión ética.

Para el presidente de Colonya, Martí Torrandell, esta es la función primera de las cajas de ahorro desde que en el siglo XIX se popularizaron los «montes de piedad» para «combatir la usura y el prestamismo; el siglo XXI tiene que ser la culminación de esta función ética».

Las libretas de ahorro ético se diferencian de otras en que el 50 por cien de sus intereses brutos (este año un TAE del 2'31 por ciento) son cedidos por el titular para donaciones; la contrapartida es que el capital captado tiene que destinarse obligadamente a inversiones en créditos y préstamos para financiar proyectos autorizados por el comité ético, que en este caso está integrado por Cáritas Diocesana, Fundació Deixalles y Fundació Guillem Cifre de Colonya, cuyos responsables presentaron ayer la primera memoria de actuación.