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Un total de 120 alumnos extranjeros han cursado estudios este año en la Universitat de les Illes Balears, frente a los 107 estudiantes baleares que este curso han salido fuera a estudiar en universidades de todo el mundo. Los estudiantes llegaron o salieron a través de diversos programas bilaterales de intercambio, como Sócrates (incluido en el proyecto europeo Erasmus), Séneca o Intercampus, éste último específico para Iberoamérica y EE UU. Y como cada año cuando acaba el curso, la Universitat agasajó la pasada semana a estos alumnos con una fiesta de despedida, organizada por el Vicerectorat de Projectes i Relacions Internacionals en el campus universitario.

En la fiesta participaron todos aquellos alumnos que todavía no han retornado a sus países, además de alumnos de la Universitat de les Illes Balears que han estudiado en otras universidades europeas o americanas y ya están de vuelta, así como los profesores y los tutores del programa. Los alumnos fueron recibidos por el vicerrector de Projectes i Relacions Internacionals de la UIB, Avel·lí Blasco, y por la doctora Gloria García de la Banda, directora del Servei de Relacions Internacionals. Gloria García explicó que «los estudiantes llegan a la UIB para pasar entre tres meses y un año» para cursar estudios homologables o completar su formación, y en una gran mayoría «escoge nuestra universidad para cursar estudios de Turismo, que gozan de un reconocimiento internacional enorme».

Otros muchos se decantan por Económicas y Empresariales, estudios de Educación (sobre todo Magisterio o Psicopedagogía), Ciencias de la Computación, Derecho, Filología y Filología Catalana. La directora del Servei de Relacions Internacionals de la UIB resaltó que el idioma español «es un factor de elección muy importante y cada vez más, tanto que, por ejemplo, en los dos últimos años se han triplicado los acuerdos de intercambio con Estados Unidos y Canadá, que son los que más han crecido».

Pero, también, entre los atractivos que oferta la UIB figura la lengua catalana, «y es que el bilingüismo se traslada, y así se entiende por todos estos jóvenes, como una riqueza de nuestra cultura, y lo cierto es que muchos llegan muy interesados precisamente en nuestro idioma», añadió. Lo mismo les pasa a los jóvenes insulares que salen a estudiar fuera, «que se interesan tanto por los estudios académicos como por aprender el idioma propio del país, además del inglés». Así, por ejemplo, ante la saturación del mercado británico, «no pocos estudiantes han comenzado a optar por los países nórdicos, sobre todo Suecia, donde además de practicar el inglés comienzan a estudiar sueco en un altísimo porcentaje».

Los principales países de origen de los visitantes que acoge la Universitat balear -y por tanto de destino para los jóvenes locales-, son Alemania, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Italia, Canadá, México, Argentina, Chile, Cuba y Suecia. Si bien la experiencia para todos ellos es enriquecedora y positiva, desde la propia UIB se reconoció que el principal obstáculo que encuentran los jóvenes que llegan a Palma no es el idioma, ni las diferencias culturales, sino el alojamiento. En efecto, lamentó García, «tenemos un problema grave para ofrecerles alojamiento a estos estudiantes, pues la residencia del campus se llena cada año con los estudiantes venidos de las otras islas -está prevista la construcción de una nueva-, y carecemos de un servicio de búsqueda de alojamientos».

Eso sí, desde hace un par de años existe una asociación de ex-alumnos de Erasmus que ayuda en la búsqueda de pisos que estos chicos puedan compartir, a ser posible con estudiantes locales. La Universitat aporta a los estudiantes balears la misma ayuda que concede la Unión Europea a través de los programas de intercambio, a lo que se suma la subvención del Govern para los viajes, «pero, desde luego, sería bueno para la formación de los chicos la colaboración de algunas entidades bancarias», subrayó García.