UM admite que está molesta con Antich pero mantendrá el Pacte

El conseller d'Urbanisme, Antoni Pascual, fue el único representante de la formación política que dio una versión oficial de lo sucedido. Pascual, no obstante, no quiso entrar en valoraciones políticas y se limitó a valorar las consecuencias deportivas de la decisión de Antich.

En cualquier caso, el malestar en las filas de Unió Mallorquina era ayer más que evidente. Los nacionalistas comparan esta situación con la vivida el año pasado con la inopinada aprobación de una moratoria urbanística por parte del Govern. Sin embargo, en aquel momento la tensión era mucho más palpable, ya que se trató de lo que UM consideró el primer gran incumplimiento del pacto por parte del Govern.

En esta ocasión, un año después de aquella primera gran crisis que incluso llevó a algunos dirigentes nacionalistas a defender una ruptura del pacto, en UM existe una mayor «resignación» motivada por el hecho de que apenas faltan unos meses para las elecciones autonómicas.

Ésa es precisamente una de las claves para entender la actitud de UM: los nacionalistas cumplirán sus compromisos y aprobarán todas aquellas leyes negociadas, siempre que el Govern respete el contenido que se pactó. Sin embargo, en el balance de los cuatro años de Pacte, a la crisis de la moratoria se sumará el incumplimiento de otra cuestión de vital importancia: la puesta en marcha de la quiniela hípica.

En la crisis de la Lototrot se da, sin embargo, una particularidad ya que el malestar de UM con el Govern va dirigido de forma específica a la figura del president, Francesc Antich, que hasta la fecha había salido más o menos indemne de las sucesivas crisis vividas entre UM y el resto de los socios del Pacte.