Cerca del noventa por ciento de los vendedores de frutas y verduras
y los carniceros del Mercat de l'Olivar venden desde ayer en los
puestos montados en el entoldado exterior donde estarán instalados
hasta el próximo mes de enero mientras se ejecutan las obras de
reforma en el interior del mercado.
El traslado a los puestos instalados en el entoldado se realizó
durante el fin de semana y por ello ayer muchos vendedores
expresaron su malestar «por haber perdido el descanso del fin de
semana. Por suerte no ha hecho buen tiempo y eso siempre es un
consuelo».
A lo largo de la tarde del sábado y el domingo la actividad en
el Mercat de l'Olivar fue muy intensa para ultimar el traslado.
Especialmente complicado fue trasladar las cámaras frigoríficas de
las carnicerías, ya que tuvieron que ser desplazadas a través de
las largas escaleras que llevan desde el primer piso a la planta
baja del antiguo edificio. Durante la mañana de ayer todavía podía
percibirse cierto ambiente de nerviosismo en el interior de la
carpa, porque, aunque las instalaciones son muy modernas y, en
general, más cómodas que las antiguas, «con el aire acondicionado,
que este verano será una maravilla para nosaltros», muchos puestos
provisionales tienen una superficie inferior a la habitual en las
antiguas dependencias del mercado que es ahora objeto de
reforma.
«Para nosotros es complicado poder vender como toca, hasta que
nos adaptemos. No es muy normal tener tan poco espacio, sin embargo
nos acostumbraremos pronto porque no queda otra salida», explicaban
las vendedoras de verduras.
Los clientes también notaron un poco la falta de espacio en las
nuevas instalaciones, ya que los pasillos son mucho más estrechos.
«De todas maneras, está mucho más limpio y así dan más ganas de
comprar. Que un lugar esté limpio es algo muy importante a la hora
de hacer las compras».
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