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Tomás Àlvarez, un guapo con cara de ángel. Sincero, tímido pero con un algo que hace que pudieras pasar horas y horas hablando con él, su dulzura a la hora de hablar con él sin conocerle, no sé, alguien debería decirnos cómo es de verdad porque realmente no puede ser tan bueno, tiene que haber truco.

Rubio, ojos azules, alto, un guapo natural, ni gimnasio, ni nada, todo natural, 100% natural y sin trampas, y sólo con 22 años. El típico chico que desprende esa dulzura que cuando pasa a tu lado por la calle consigue que te gires para mirarle, una mirada profunda que en ocasiones parece estar perdida en un mundo aparte, soñando con países lejanos . Candidato a Mister Baleares, se presentó por insistencia de sus hermanas... pero finalmente no ha podido ser, aunque cualidades estamos seguro que no le faltan.

A Tomás le gustan las chicas de piel morena, altas, esbeltas y de pelo largo rizado, todo ello adornado con unas bonitas facciones sudamericanas. No cree que haga falta una preparación especial, «cada uno es como es»; sencillez y naturalidad es lo que brilla en cada palabra y hecho de este joven. Su mayor afición son los viajes sin lugar a dudas, «¿un viaje? la India, sin duda» y como en todo joven entre sus aficiones no pueden faltar los deportes de riesgo. Nuestro guapo ahora confiesa no tener ningún vicio, aunque los espaguetis, que son su comida favorita, podrían ser uno.

Guapo, guapo y guapo, posiblemente esas sean las únicas palabras que muchas de las que se cruzan con él por la calle pueden pronunciar. Con 22 años y una planta que muchos quisieran para ellos Tomás es claro candidato a llevarse muchos, pero muchos, halagos de entre las mujeres. Por cierto, tras hablar con él o nos engaña muy bien o sí, es así realmente, sin trampa ni cartón.