La moda de mostrar el ombligo ha cobrado fuerza durante este verano.

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Cuando el sol asoma en los meses de verano y las altas temperaturas aprietan ruborizando los termómetros, la moda femenina da un giro de 180 grados. Lejos quedaron los jerseys de lana, las cazadoras o los abrigos, que avergonzados ante sus compañeros más ligeros, prefirieron esperar mejores tiempos en el interior de los armarios. Como cada año, la moda sigue su curso estacional y la calle sonríe con una simpática visión: decenas de ombligos que retan exultantes a los rayos del sol.

Laura y Stephanie son dos amigas italianas que disfrutan de unos días de vacaciones en Palma. Procedentes de la ciudad de Nápoles, y mostrando que la ropa no entiende de fronteras ni de idiomas, no dudan en apuntarse a la sugerente moda de enseñar el ombligo en los días más calurosos. Observar a mujeres con el ombligo al aire por la calle es algo muy habitual en estas fechas. Niñas, adolescentes, jóvenes y mayores exhiben sin tapujos su encanto ante los ojos más curiosos. Y es que nadie se resiste a un ombligo que se cobija entre las refrescantes prendas veraniegas.

En la calle Jaume III, Cristina Segi pasea junto a una amiga. Esta palmesana, que no oculta su afición por las prendas más coquetas a la hora de pasear en verano, adorna su ombligo con un detalle que no pasa desapercibido: un piercing vertical. Esta moda, que ha irrumpido con tremenda fuerza durante los últimos años entre las más jóvenes, añade una alta dosis de sensualidad a las chicas más atrevidas y se presenta como el complemento ideal de la emergente «moda abdominal». Así es la invasión de los ombligos.