Tres destacados representantes del Pacte, Josep Maria Costa, Miquel
Àngel Borràs y Margalida Rosselló, han sido protagonistas durante
esta legislatura de problemas derivados de la construcción de
nuevas viviendas. A pesar de que las tres casas son legales, con
matices en el caso de Rosselló, su construcción ha generado una
gran polémica ciudadana que puede minar en parte la credibilidad
del Pacte y, de rebote, afectar al propio Francesc Antich.
Esta misma semana se ha sabido que el conseller d'Interior, el
socialista Josep Maria Costa, se está construyendo un gran vivienda
en un terreno rústico del municipio de Santa Eulària, en Eivissa,
en una zona protegida. Algunas fuentes aseguran que la vivienda
ocupará 500 metros, si bien el conseller precisa que serán 200 los
metros construidos. En cualquier caso, el dato más revelador no es
ni los metros de la casa ni el lugar donde se construye, sino el
hecho de que, con el plan territorial que quiere aprobar el Pacte
en Eivissa, la casa que se está construyendo el conseller en estos
momentos sería ilegal: no podría construirse ya que, una vez que
concluya la moratoria, el plan territorial impedirá que se hagan
viviendas de las características de la de Costa.
El hecho de que la vivienda se construya en zona rústica es un
añadido a la polémica ya que desde las filas socialistas, partido
en el que milita el conseller, siempre se ha defendido la necesidad
de limitar al máximo la construcción en este tipo de suelo pues
consideran que es el que causa más impacto en el paisaje. Una
situación prácticamente idéntica se vivió hace unos meses con el
conseller de Medi Ambient del Consell de Mallorca, Miquel Àngel
Borràs. El representante de Unió Mallorquina ha inaugurado
recientemente una enorme casa construida en un Àrea Natural de
Especial Interés en Puigpunyent, en plena Serra de Tramuntana que
ahora mismo tampoco podría edificarse.
En su caso, la prohibición no guarda relación con el plan
territorial, sino con una modificación de la Ley de Espacios
Naturales que aprobaron los representantes del Pacte de Progrés
nada más comenzar la legislatura. Hasta entonces se podían
construir viviendas en zonas naturales en terrenos de al menos
200.000 metros cuadrados. Con la llegada del Pacte, la posibilidad
de construir en una zona ANEI quedó totalmente prohibida. El
conseller de Medi Ambient del Consell de Mallorca inició los
trámites antes de las elecciones, lo cual evidencia que, cuando
comenzó las obras no conocía que poco tiempo después su casa no
podría edificarse.
El caso de la consellera de Medi Ambient, Margalida Rosselló, es
diferente puesto que, en su caso, la vivienda objeto de polémica no
está en suelo rústico, sino en suelo urbano. Rosselló trató de
edificar una vivienda unifamiliar en un solar urbano de Alaró. La
consellera trató de saltarse las normas subsidiarias del municipio:
presentó un proyecto en el Ajuntament en el que la edificación no
quedaba alineada con el resto de la calle, como obliga la
normativa, sino que se alejaba de las demás viviendas. La
consellera Rosselló no sólo no se ha conformado, sino que ha
presentado un contencioso ante los tribunales.
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