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Los sineuers cumplieron ayer con la tradición de las carreras des Cós, que se celebran por las fiestas de la Mare de Déu. Bajo un sol de justicia, pasadas las doce, un auténtico gentío se congregó ayer en los alrededores del Camp d'en Pineta, cerca del pueblo, para presenciar unas peculiares pruebas atléticas y ecuestres que no tienen como premio ningún jugoso cheque ni medallas o copas, sino las conocidas como joies: un objeto cualquiera atado a una caña que debe coger el más rápido corriendo.

Los premios eran de lo más variopinto e iban desde unas alpargatas hasta un gallo o un conejo, sin descuidar unos calzoncillos o una camiseta. Los primeros en correr fueron los más pequeños, a los que siguieron los jóvenes y los mayores. Después llegó el plato fuerte con las vistosas carreras de carros y las de caballos. A todos los participantes se les dio una pequeña gratificación por su valiosa presencia.

Este año se había corrido el rumor de que las carreras podían suspenderse por las lluvias que habrían dejado el campo impracticable pero finalmente no fue así y pudo celebrarse el evento.