Blanco explicó que durante este mes, tanto el ministro de
Fomento, Francisco Àlvarez Cascos, como él mismo se han reunido con
representantes de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA)
y se han ofrecido a analizar y a discutir el conflicto para
facilitar un acuerdo entre las partes. Pese a esta oferta de
diálogo, según Blanco, el sindicato no ha agotado las posibilidades
de negociación pero ha decidido emplear «medidas de fuerza», como
la de no hacer horas extraordinarias en un mes «en el que se
producen los mayores movimientos del año y en el que está en juego
la imagen turística de España».
Uno de los puntos suscritos en el convenio es el de la formación
de nuevos controladores para aumentar la plantilla, aspecto en el
que «entiendo que se pueda pedir más celeridad» pero que, en ningún
caso, justificaría los retrasos provocados en los aeropuertos este
fin de semana por la protesta de los controladores. En ese sentido,
precisó que, según el convenio colectivo antes de 2004 deben
formarse a 751 nuevos profesionales, y a día de hoy ya hay 450
controladores formados, muestra de que ese compromiso se está
afrontando «muy en serio», reiteró. Sin embargo, el presidente de
USCA, Juan María García Gil, precisó que el sindicato no sólo
reclama a AENA el cumplimiento del convenio, sino que quiere un
compromiso explícito del Ministerio de Fomento de que garantizará
esos acuerdos.
La Asociación de Líneas Aéreas (ALA) y la Asociación Española de
Compañías Aéreas (AECA) han reclamado a AENA que abone el gasto que
ha ocasionado a las aerolíneas la huelga de controladores y piden
al ministro de Fomento «que intervenga cuanto antes para conseguir
solucionar esta situación», según apunta el presidente de ALA,
Pablo Olmeda. Ambas patronales coinciden, asimismo, al indicar que
las aerolíneas nacionales «son las más perjudicadas por esta
situación, que contribuye a arruinar la industria turística
española y que está haciendo mucho daño a las aerolíneas».
Asimismo, aseguró que las compañías aéreas todavía no han
cobrado el gasto que les supuso la huelga de controladores del año
1998. «Lo que no puede ser es que las aerolíneas asuman este
coste», añadió. AECA y ALA critican duramente a los controladores,
ya que en su opinión «cobran tres veces más que, por ejemplo, el
director del aeropuerto de Madrid-Barajas. Con su actitud los
controladores están contribuyendo a arruinar la industria turística
española». Los grupos turísticos alemanes y británicos piden a las
autoridades españolas que solventen este conflicto para evitar
problemas al flujo turístico hacia España.
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