El pasado curso escolar finalizó en el mes de junio con 661 alumnos
más de los contabilizados al iniciarse el año académico. Esta cifra
-que para el nuevo curso se espera superar o, cuando menos,
igualar-, es debida al proceso inmigratorio que las islas viven con
intensidad estos años. Las altas registradas en los diferentes
centros de las islas fueron muchas más, concretamente 4.453, pero
buena parte de ellas se deben a la movilidad de las familias de
inmigrantes nacionales o extranjeros entre los diversos municipios
y sólo una parte a nuevas incorporaciones.
Las altas habidas en numerosos centros provocaron, por lógica,
la marcha de los alumnos de otros colegios, y así se constataron
3.792 bajas. Restando la segunda a la primera cifra nos da el dato
real de 661 incorporaciones tardías al sistema escolar balear. «Las
bajas se suelen deber a familias que llegaron de la península y que
a cierta altura del año regresan a su comunidad de origen, pero las
altas ya no se refieren a inmigración nacional, sino que son de
personas venidas de fuera, sobre todo de Sudamérica», interpretó el
director general d'Educació i Centres, Jaume Gual.
En efecto, la evolución de la población recién llegada a Balears
muestra que ya no son los países del Magreb los que más plazas
ocupan, como ocurría hace unos pocos años, sino que los países
sudamericanos, de habla castellana como Ecuador, Colombia o
Argentina, son los que ocupan los primeros lugares en el ranking de
alumnos de incorporación tardía. Por islas, Mallorca es la que
concentró el mayor número de nuevas llegadas, con 409, seguida de
Eivissa, con 216; Menorca, con 42 altas una vez iniciado el curso,
y Formentera, caso aislado, finalizó el curso con 6 alumnos
menos.
No todos los municipios se vieron afectados por igual de estas
altas y bajas. Así, en Mallorca, después de Palma (con 170 alumnos
más al final del curso), fue Alcúdia el que registró una cifra
mayor, con 40 alumnos más. A continuación quedaron Santa Margalida,
con 37 más; Inca, con 34 más; Manacor y Son Servera, con 28 más
cada uno, o Pollença, con 24 más. En Menorca, la mayor variación la
registró la capital, Maó, con 27 alumnos más y en Eivissa, la
capital tuvo 86 estudiantes más, Sant Antoni 76 y Santa Eulàlia 34
más.
Las poblaciones con mayores bajas fueron, en Mallorca: Capdepera
con 19 marchas, Sa Pobla, 17 bajas o Sineu 18 bajas. La mayor parte
de ellas, insistió Gual, se deben al movimiento interno entre
municipios de la isla. En Eivissa no se registró ninguna baja y en
Menorca, destaca Es Castell, con 6 bajas. Esta movilidad afecta a
todos los niveles educativos.
Para poder atender estas recolocaciones es por lo que la
normativa propia del Govern balear impone la obligación a todos los
centros públicos y privados-concertados de reservar durante todo el
curso una plaza (el curso pasado se rebajó de 2 a 1) por aula para
dar cabida a alumnos con necesidades educativas especiales, donde
se incluyen los de incorporación tardía. Además, la Conselleria
anima a los centros a generar recursos para hacer frente a este
alumnado sin base lingüística apta para el sistema educativo
balear.
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