Horas y horas de pie a la espera de que algún vuelo repleto de pasajeros llegue a la terminal. Así comienza la jornada laboral de las personas que, trabajando para un touroperador, acompañan a los pasajeros desde su salida del aeropuerto hasta la llegada al hotel donde se tienen que hospedar.
Lo que mucha gente desconoce es que detrás de esos cartelitos con el nombre de alguna empresa o de algún pasajero despistado, estos trabajadores han tenido, en muchas ocasiones, que preparar con los coordinadores de las empresas de autocares los viajes de sus clientes. Tal y como nos comenta Mateo Palmer, «este trabajo es más duro de lo que puede parecer a primera vista».
Y es que además, muchos nos confiesan que es un trabajo que está mal pagado para las horas que se dedican, más que por la dificultad que puede tener el estar esperando horas interminables a los pasajeros. A pesar de tener un horario de trabajo fijo de unas ocho horas, varía dependiendo del trabajo que lleguen a tener. Pero en principio su labor se basa en esperar a los clientes, darles la autorización del tránsfer y acompañarles hasta los autobuses.
Las anécdotas son muchas, pero la que más se repite es la de que siempre hay algún pasajero despistado que llega a la Isla y no sabe que tiene a su disposición un autobús que le lleva hasta el hotel y se va por libre a alquilar un coche, mientras ellos se pasan horas y horas buscándoles. «La historia termina cuando les avisan de que han llegado al hotel», comenta María José Fernández.
En relación al bajón del turismo que este año está afectando a la mayor parte de los trabajadores y empresas, Elena Cunill, trabajadora de una empresa que sólo tiene clientes españoles, comenta que «quizás otras empresas que trabajan con clientes alemanes, franceses o ingleses lo hayan notado más».
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