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J. J. SERRA Un total de 42 núcleos de población de Mallorca quedarán conectados por carretera (autocar) con las estaciones de tren más próximas para ofrecer al viajero más frecuencias y mayores posibilidades de traslado a través de los principales ejes de transporte de la Isla. Se trata además de una experiencia piloto que servirá de base para intentar conseguir la implantación del billete único del transporte en toda Mallorca. Este proyecto de la Conselleria d'Obres Públiques, Habitatge i Transports se inicia hoy mismo con la inauguración de la línea de autocar que unirá Alaró con la estación ferroviaria de Consell.

Así, queda suprimida la línea de autocar Alaró-Palma, pero la iniciativa permite eliminar otros trayectos de transporte público por carretera que se limitan a unos pocos viajes diarios y en ocasiones en horarios poco adecuados. Cuando las conexiones autocar-tren funcionen, el usuario no deberá estar tan pendiente de los limitados trayectos del transporte en autocar, ya que podrá disponer de la intensidad de frecuencias que ofrece el transporte ferroviario. El sistema diseñado prevé la conexión de poblaciones con las estaciones de la futura línea ferroviaria Inca-Manacor. Sólo en Marratxí, diez núcleos de población, correspondientes a las numerosas urbanizaciones que se han desarrollado durante los últimos años en el municipio, quedarán conectados por autocar a estaciones y apeaderos del tren Palma-Inca.

No obstante, la medida no se limita a ofrecer al viajero más y mayores posibilidades de transporte público, sino que servirá de experiencia piloto para la incorporación del billete único. Es decir, pagando un solo billete y una sola vez, el usuario tendrá a su disposición dos tipos de transporte para sus desplazamientos: el autocar y el tren. La Conselleria prevé que el proceso para completar todas las conexiones en estos 42 núcleos de población se culminará en el año 2005, con una inversión necesaria de 1'5 millones de euros.

El conseller d'Obres Públiques, Francesc Quetglas, ha señalado reiteradamente que «las concesiones de autocar crean actualmente una red compleja y excesiva. Con el tiempo, el mercado se autorregulará y simplificará, pero el Govern debe contribuir a la racionalización del sistema. Existen casos absurdos, como la superposición de líneas en un mismo trayecto o situaciones como la de Palmanyola, donde, por derechos jurídicos de las concesiones, el autocar de la línea de Bunyola sí se para, pero el de Sóller no puede hacerlo. Es necesario simplificar la red y, al mismo tiempo, garantizar a los concesionarios su estímulo financiero».