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En Madrid están convencidos de que todos los que vivimos en estas Islas somos poco menos que millonarios, capaces de pagar el precio que sea necesario con tal de salir a la Península en avión por motivos familiares, laborales, educativos o sanitarios, que no estrictamente de vacaciones. Pareciera que desde el Ministerio de Fomento plantean los viajes en avión como un capricho de nuevos ricos y por ello, no sólo nos someten a subidas de precio inadmisibles "un 65 por ciento en cuatro años, mientras en el resto de España han subido un 21% y en Canarias sólo el 8 por cien" sino que además nos castigan con una nueva tasa que vendrá a gravar aún más este concepto, de vital importancia para los baleares.

El Gobierno del PP se niega obcecadamente a declarar los vuelos interislas como servicio público, rechaza de plano aumentar el descuento para residentes del 33 al 50 por ciento "como tienen en Canarias" y, además, como ejemplo reiterado del trato discriminatorio que sufrimos aquí, se plantea un nuevo impuesto que subirá una vez más el precio desorbitado de los billetes de avión.

Con actitudes como ésa, a la que han reaccionado con indignación desde los partidos del Pacte de Progrés, únicamente se pone de manifiesto la falta de sensibilidad del Gobierno central "que no deja de anunciar supuestas bajadas de impuestos, cuando ocurre todo lo contrario" por los ciudadanos de estas islas, que, por otro lado, siempre se han mostrado solidarios con el resto de las regiones españolas.

Así las cosas, sólo resta exigir a nuestros políticos "de todos los partidos" una firmeza total a la hora de reivindicar el cumplimiento íntegro del Régimen Especial de Balears, que prevé compensaciones por el sobrecoste de la insularidad.