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El Ministerio de Medio Ambiente aprobará, antes de final de año, la construcción en Balears de cuatro estaciones desaladoras, con ubicaciones previstas en Andratx, Alcúdia, Santa Eulàlia y Ciutadella. La instalación de desaladoras ha enfrentado en los últimos años al Ministerio, dirigido por Jaume Matas, y el Govern de les Illes Balears por el diferente papel que ambas Administraciones otorgan a este tipo de instalaciones.

En este sentido, el director general de Recursos Hídrics, Antoni Rodríguez Perea, ha recordado que «es un tanto absurdo plantear la construcción de más desaladoras cuando el 70 por ciento del Pla Hidrològic de Balears está sin ejecutar, 150 millones de euros de un total de 540 millones programados para obras. Este plan fue aprobado con el propio Matas como presidente balear en febrero de 1999 y como ministro en abril de 2001.

Sin embargo, Matas insiste en introducir unas desaladoras que serían innecesarias si el Pla Hidrològic que él mismo impulsó se estuviera ejecutando a un ritmo adecuado, además de contradecir una gestión sostenible e integrada del agua. Los objetivos del Pla Hidrològic Balear se basan en la limitación de la demanda con el ahorro y una buena gestión del agua, de manera que los aumentos de consumo sean próximos a cero. Una desaladora puede ser un buen instrumento complementario, pero apostar por ellas como hace Matas no tiene nada que ver con los objetivos del plan».

En concreto, Rodríguez Perea indica que «en medidas de ahorro de agua, como por ejemplo la instalación de contadores individuales y la reparación de fugas en la red, un problema importante en Balears, hay prevista una inversión de 142 millones de euros. Pues no se ha hecho nada. En saneamiento y depuradoras sólo se ha invertido la mitad. En reutilización del agua para riego no pasamos del 20 por ciento. Y las obras de sa Costera y del desvío del torrente de Manacor, pendientes desde hace años, no se han iniciado».