Víspera de difuntos a la americana

La fiesta de Halloween, que hace una década era completamente ajena a todo lo nuestro "sólo la conocíamos a través de las películas de serie B americanas", se está imponiendo. Y de qué manera. Los niños son consumidores ansiosos, eso lo sabe el mercado, y a ellos van dirigidas las mayores y más inverosímiles campañas publicitarias que, aunque parezca increíble, acaban funcionando. Halloween es eso, pero también es algo más.

Al fin y al cabo, las personas somos iguales en todas partes y tenemos y celebramos las mismas cosas: la muerte nos produce terror; el nacimiento, alegría; la abundancia, satisfacción. Según los entendidos, Halloween "que hoy se nos antoja una especie de carnaval infantil del terror adelantado, de connotaciones pueriles y puramente americanas" hunde sus raíces en la mitología celta, y ésta, como todas y cada una de las culturas del planeta, basa su imaginario en los terrores y las esperanzas de la sociedad agrícola y cazadora de antaño, de la que todos somos herederos.

Exactamente igual que nosotros. De forma que, al final, este asunto hoy tan hollywoodiense no está tan lejos. Así al menos lo quieren muchos. Hoy es festivo y por eso algunos colegios adelantaron a ayer la fecha para participar en esta celebración tan anglosajona, que parece destinada a imponerse del todo. Si antes era una fiesta en exclusiva para extranjeros, hoy encontramos muchos niños de aquí que se apuntan al festejo. En el Colegio Puig de sa Morisca, de Santa Ponça, se organiza desde hace cuatro años, formando parte de la asignatura de inglés, como una manera más de acercarse a una cultura que cada día abarca más y más influencia entre nosotros.