Simon Peres, que desde anoche dejó oficialmente de ser ministro de
Asuntos Exteriores de Israel, fue rotundo al opinar sobre la
posibilidad de que Benjamin Netanyahu se convierta en su sustituto:
«No soy partidario de que Netanyahu me sustituya, y el problema
real de Ariel Sharon (primer ministro israelí), es encontrar nuevos
socios de gobierno», afirmó.
Peres, dimitido ministro del Gobierno de Sharon, dialogó de
forma muy breve con algunos medios de comunicación al mediodía de
ayer, poco antes de que diera comienzo el IV Foro Formentor,
titulado «Diálogo y Desarrollo». A la pregunta sobre Netanyahu,
respondió que no le votaría en el Parlamento para ejercer como
ministro de Asuntos Exteriores, aunque matizó que su estilo
político le lleva a no pronunciarse sobre sus adversarios
políticos.
Sobre el posible adelanto de las elecciones en Israel -previstas
inicialmente para octubre de 2003-, tras la salida de los ministros
laboristas del Ejecutivo liderado por Sharon, Peres, del Partido
Laborista, se mostró convencido de que el futuro político de su
país depende de la opinión pública y mantuvo que para encontrar una
salida a la coyuntura económica es preciso hallar antes una salida
de carácter político.
Aunque la situación política «no está clara», Peres confió en
que se encuentre una «solución», al tiempo que insistió en que, a
pesar de su salida del Gobierno israelí, «continuará trabajando por
la paz» con el objetivo de lograr la paz en Oriente Medio. Al Foro
Formentor también asistió el presidente del Parlamento de Israel,
Avraham Burg, quien señaló respecto a su país que «nos encontramos
en la mitad de una crisis política y no sabemos lo que puede
pasar».
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