El último romántico

Mientras comía, en la mesa de al lado, dos chicas comenzaron a dialogar con él. «Me dijeron que eran de Las Palmas, "comenta Carmelo" y como se llamaban, hablamos de un montón de cosas y luego fuimos cerca del escenario a seguir el concierto de The Cure, pero me despisté al saludar a unos amigos y ya no las volví a ver». En tan sólo 45 minutos, el mallorquín supo que había conocido a la mujer de sus sueños. Durante todo el día estuvo buscando a las chicas sin ningún resultado. Al regresar a Palma se puso a hacer fotocopias con la única foto que Carmelo les hizo a las chicas, y marchó hacia Las Palmas. En el pasquín agradecía toda la ayuda que pudieran facilitarle para encontrarlas.

Durante tres días recibió numerosas llamadas a su móvil, de chicas que le querían conocer, periodistas e incluso alguna amenaza. Pero «El tercer día recibí un mensaje que ponía: Soy Mercedes, ¿qué haces en las Palmas si estoy en Tenerife? No le hice caso, pero al cabo de unas horas me llamó y reconocí enseguida su voz». Acordaron que ella le reservaría un hotel en Tenerife y se juntarían allí. Al día siguiente llegó al lugar, la prensa le seguía para fotografíar el encuentro, ella no apareció y fue cuando Carmelo pensó que ella podría estar casada o tener novio, lo que hubiera provocado una situación que él no quería.

«Me llamó y le pedí disculpas por si había invadido su intimidad, pero no fue así. Quedamos y estuvimos visitando lugares preciosos de Tenerife». Volvió a Palma y decidió dejarlo todo e ir a vivir cerca de Mercedes, a Tenerife, aunque el pasado fin de semana estuvo la chica de visita en Mallorca. Y a pesar de todo aún no se han besado. Carmelo, el último romántico.