El trasatlántico alemánDeutschland, considerado como la reencarnación de un paquebote de época, visitó el puerto de Palma en el transcurso de un crucero de lujo por aguas del Mediterráneo. Este buque, inaugurado en 1998, representa todo el refinamiento, estilo y esplendor de un gran clásico frente a los cada vez más numerosos megacruceros de inspiración futurista destinados al turismo de masas.
Decorado según los esquemas característicos de la Belle Epoque, sus escasos 600 pasajeros navegan en un marco único y fuera del tiempo, rodeados de grandes escalinatas con barandas de bronce con pasamanos en maderas nobles, columnatas de mármol con capiteles dóricos y corintios, toldillas Art Nouveau, apliques de cristal tallado, tapizados en terciopelo, techos pintados y todo un mundo retrospectivo en armónica belleza lleno de romántico sabor.
Su salón principal, denominado Kaiser-Saal, es una fastuosa reproducción de un gran teatro alemán del siglo XVIII. Un himno a la nostalgia creado por la compañía germana Peter Deilmann, especializada en unidades singulares destinadas a itinerarios de carácter cultural para un turismo de calidad. Un enfoque puesto de manifiesto nada más franquear la pasarela y acceder al elegante vestíbulo novecentista, realzado por una gran pintura del romanticismo alemán.
Es el preludio a lugares de mágicas resonancias como el jardín de invierno, un nido de reminiscencias venecianas, la galería imperial, la piscina interior pompeyana, el gran restaurante Berlín, con atmósfera años 20 y un sinfín de rincones rodeados de obras pictóricas y esculturas de estilo clásico. Todo contenido en sus 22.496 toneladas y 175 metros de eslora, medidas moderadas pero suficientes para albergar la más romántica idea en materia de buques de cruceros.
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