El archimandrista Makariy, en los preparativos. Foto: CLICK.

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La iglesia Santa Catalina Siena, de Palma, una de las joyas del barroco mallorquín del siglo XVII es, desde hoy, parroquia ortodoxa de la Natividad del Señor. ¿Que qué ocurrirá con los retablos y las imágenes y objetos que hay en ella? Pues que se quedarán tal como están, ya que son intocables e inamovibles de acuerdo al contrato firmado el pasado 4 de octubre entre el Obispado y el archimandrista Makariy, quien ayer reafirmó en que «cuando los ortodoxos realicemos el culto, las capillas e imágenes que hay en el templo quedarán en penumbra, a oscuras».

Según un comunicado que nos remitió el Obispado de Mallorca, este templo, hasta hace poco usado por los Capuchinos en lo que se restauraba su iglesia, continúa al servicio de las celebraciones que las delegaciones diocesanas quieran realizar. Aclarado este punto, les diré que el archimandrista Makariy, que como les conté nació en Sant Jordi, se pasó todo el día de ayer transformando, junto con su ayudante, el templo católico en ortodoxo, para lo que colocó frente al altar el Iconostario y las puertas santas, que aislarán de los fieles el santuario en el que estará el altar, cuadrado y de madera en cuyo adverso irán las reliquias completamente lacradas.

Situó también distintos atriles con iconos, así como la luz. El archimandrista, que a partir de Navidad contará con la ayuda de un hieronmonje del Patriarcado de Moscú, quiere agradecer al obispo de Mallorca, «que se ha portado con nosotros com un padre y un hermano», las facilidades que ha dado en cuanto a la cesión gratuita de este templo, que tendrá su primer oficio el próximo 23 de los corrientes. Cada domingo, comenzando por el próximo, a las 11 de mañana, habrá Liturgia, y los sábados y vigilias, a las 19'30 horas, las vísperas y maitines. En cuanto a la inauguración, queda para más adelante, cuando llegue desde París el arzobispo Inokenti.