La mejor forma de conocer la obra de Gaudí en la Seu de Palma es
acercarse a ella y seguir las explicaciones que da el canónigo Pere
Joan Llabrés, posiblemente la persona que más conoce la
Catedral.
Nosotros, junto con otras 60 personas, lo hicimos ayer ya que,
durante tres domingos de diciembre, se realizan visitas guidadas
con motivo de la exposición «L'esperit de Gaudí». Si alguien está
interesado, puede acudir los domingos 8 y 15 del corriente,
recogiendo un tiquet en la Catedral con antelación. La visita es
gratuita.
Bien, de la mano del canónimo Llabrés, primero sentados en los
últimos bancos y luego, de pie, en diversas paradas, hicimos un
recorrido a través del legado Gaudí marcado con números luminosos
(45). Antes, el canónigo Llabrés nos explicó cómo llegó el obispo
Campins, alma mater de la reforma de la Seu en 1902, al comte Güell
para, a través de él, contactar con Gaudí, gran amigo suyo, a la
sazón metido de lleno en la obra de la Sagrada Familia de
Barcelona, así como la primera impresión que tuvo éste de la
catedral de Palma a poco que puso los pies en ella, a la que
calificó de «armoniosa proporcionalidad en espacio, altura y
anchura»; de lo poco que le gustó encontrarse con el coro en medio,
tapando la visión del presbiterio y del altar «enfonyat darrere de
tot» y de la poca luz que entraba en el primer templo de Mallorca
debido a que los ventanales estaban cegados y que se iluminaba
artificialmente con lámparas de aceite.
Luego, siguiendo los números que señalaban la obra de Gaudí,
fuimos sabiendo, por ejemplo, que no era partidario de los cirios,
pues podían prender los retablos, e instaló en algunos de ellos
lámparas forjadas de hierro, algo -la forja- que él dominaba pues
su padre era forjador. Más adelante, y entre otras cosas, Llabrés
destacó la separacion de hierro que limita el presbiterio con el
pueblo, a la que calificó «más que reja de separación de auténtica
ornamentación, obra también de Gaudí», así como el baldaquino, «que
es de cartón».
La vista, por lo ilustrativa y enriquecedora, nos supo a poco. Por
ello, tal vez, la repitamos.
Pedro Prieto/Fotos: Sebastián Amengual
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.