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T. LIMONGI/M. GONZÀLEZ
Por primera vez en la historia de nuestra joven universidad podrán votar en las elecciones al Rectorado todos sus miembros, desde catedráticos hasta alumnos, en lugar de ser un derecho reservado al claustro como hasta ahora. Así lo determina la LOU, que impone el sufragio universal y ponderado.

Y en estos meses previos, los rumores, vaticinios y especulaciones sobre quién tomará el testigo de Huguet están a la orden del día. Aunque el abanico de posibles candidatos es amplio, hay una serie de nombres que se aparecen en casi todas las apuestas. Es el caso de los vicerrectores Jaume Sureda, Eduard Rigo, Avel·lí Blasco, Llorenç Valverde o Carles Manera; pero también se plantea la hipótesis de la síndica de Greuges, Monserrat Casas, o de los catedráticos Martí March o Pere Deià. Como dato, todos han nacido en los '50.

Jaume Sureda se perfila como uno de los candidatos mejor situados, pues parece ser el preferido para el alumnado y uno de los que cuenta con más apoyos en la comunidad universitaria. Pero falla su disponibilidad personal. Su proyecto de vida pasa por tener tiempo para su familia y actualmente no confirma sus intenciones, aunque de sus palabras se desprende que no aspira al cargo.

Carles Manera es considerado un buen profesional, de gran prestigio. Él no deja traslucir sus planes. En su contra tiene su excesiva vinculación al PSOE, lo que supondría una inevitable politización del Rectorado. Aunque Llorenç Valverde cuenta con un buen perfil profesional, a priori no es uno de los aspirantes mejor colocados en la carrera electoral. Pero cuenta con apoyos entre nacionalistas y socialistas y su estratégica situación le puede convertir en un firme candidato.

Avel·lí Blasco es considerado un continuista de la obra de Huguet y uno de los rectorables más sólidos, como él mismo no desmiente. Eduard Rigo es una de las personas más apreciadas dentro de la comunidad universitaria por su rigor profesional y su carácter tendente al consenso, si bien, al igual que Sureda, es un amante de la vida familiar, lo que podría apartarle de la lucha por el Rectorado.