Rodríguez reconoció esta circunstancia, si bien indicó al
conseller que, en cuanto a agricultura, el Ministerio y las
comunidades autónomas deben insistir en sus reivindicaciones ante
las instituciones europeas. Mateu Morro, que está realizando en
Bruselas un maratoniano recorrido de dos jornadas por diversos
departamentos de la UE para exponer los agravios de la insularidad
para la agricultura balear, destacó ante el director general que la
renta per cápita no es garantía para el futuro de la agricultura de
las Islas.
Morro y Rodríguez coincidieron en que la creación de un «lobby»
de islas europeas para presionar a Bruselas en sus reclamaciones
puede ser un buen punto de partida, si bien el director general de
Agricultura de la UE quiso dejar claro también que la Unión «es una
suma de Estados». En este sentido, países como España, Grecia y los
bálticos sí estarían dispuestos a apoyar las reivindicaciones de
sus regiones insulares, pero la postura de estados importantes como
Francia e Italia no está tan definida.
El conseller d'Agricultura indicó que la futura incorporación de
Malta como Estado miembro de la UE puede suponer un impulso en las
atenciones comunitarias al conjunto de islas de la Unión, «pero
todo está todavía muy verde», apuntó Morro. Cabe destacar que las
islas europeas (se excluyen Gran Bretaña e Irlanda) suponen un 5
por ciento del territorio de la UE con una población de 14 millones
de ciudadanos. «No es suficiente que para las islas se destinen
fondos estructurales. La agricultura insular está sometida a
sobrecostes por evidentes razones geográficas y económicas y la UE
no puede dar la espalda a estas necesidades de las regiones
insulares», subrayó el conseller d'Agricultura.
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