El lenguaje de la música es seguramente el más primitivo y
cercano al ser humano de cuantos existen. Es, como suele decirse,
un idioma universal que nos hace capaces de entender con la emoción
-sin que intervenga el intelecto- los sentimientos de otros. De ahí
que el conocimiento del lenguaje musical tenga tanta importancia
para despertar en nosotros, desde las edades más tiernas, todo un
mundo de sensaciones. Éste es un poco el espíritu del programa «Viu
la cultura» de la Conselleria d'Educació i Cultura, que ayer tuvo
un exitoso episodio con la celebración en el auditorio del
Conservatori del concierto «Sona el cos».
Un millar de jóvenes escolares de distintos centros educativos
se turnaron para llenar el auditorio del Conservatorio con el
objetivo de escuchar y disfrutar de un concierto a capella que se
basó en los sonidos del propio cuerpo. Así, la música surgió de
forma casi mágica aprovechando, además de la voz hablada y cantada,
los mecanismos que habitualmente se utilizan para hacer sonar los
instrumentos: picar, frotar, pinchar, soplar... todo un
sorprendente universo musical que nace del cuerpo humano.
Como no podía ser de otra manera, los chavales de los institutos
Josep Maria Llompart, Bendinat, Llorenç Garcias i Font de Artà y de
Sineu y de los colegios Lluís Vives, la Puríssima, Lladó, es Pont y
Es Liceu de Marratxí disfrutaron de lo lindo, con una experiencia
que les resultaba casi increíble. El concierto buscaba concienciar
a los alumnos de los diferentes planos sonoros del discurso
musical, de la armonía en el cuerpo y de la base rítmica que se
puede lograr con la simple imitación de los instrumentos y con la
explotación de los recursos vocales, siempre en un ambiente de
diversión que se sirve de la máxima participación de los
oyentes.
R.D.
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