Ser un instituto pequeño, ubicado en una de las zonas más humildes
de la ciudad (el Poligon de Llevant) y contar con un alumnado
heterogéneo y en un número importante con problemas académicos y
sociales no han sido obstáculos para que el Instituto Aurora
Picornell haya llegado a ser el centro más avanzado de Mallorca en
el desarrollo de planes para compensar las desigualdades en
educación, sean individuales, académicas, sociales o
ambientales.
Así se lo reconoce el premio concedido por el Ministerio de
Educación por su programa de compensación de las desigualdades
educativas, un galardón valorado en 24.200 euros. Alicia Aguilar,
la directora del único Instituto de Palma con nombre de mujer,
reconoce que el premio no les llueve caído del cielo, «sino que
tenemos una trayectoria innovadora desde hace años, porque aunque
somos un centro joven -este año celebramos nuestro décimo
aniversario- siempre hemos creído en la importancia de incorporar
estrategias que dieran salida o atención a este tipo de
necesidades».
El centro recibe cada año entre 15 y 17 alumnos -una cantidad
mucho mayor a la habitual, precisamente por el método de trabajo
del instituto- con una historia académica muy irregular, en
ocasiones asociado a alteraciones conductuales, con precedentes de
absentismo y sin hábitos de trabajo, «un tipo de chicos que si no
se tienen bien atendidos, impide trabajar bien con el resto».
Además, en los últimos años se han derivado al IES muchos alumnos
de procedencia extranjera o peninsular.
El Aurora Picornell afronta esta realidad mediante un completo
programa dividido en subprogramas. El más amplio está enfocado a la
educación compensatoria, que pretende la recuperación para el
sistema de este alumnado «deteriorado». Simultáneamente, se
desarrollan los subprogramas de diversificación curricular,
destinado al tipo de alumnado nada conflictivo pero que precisa un
apoyo académico, y el programa de atención individualizada,
disponible para cualquier estudiantes, en función de su situación
personal en cada momento, o para chicos que presentan una conducta
problemática, ante la que no sirve de nada el castigo como terapia.
Recientemente se aplica el subprograma de acogida lingüística y
cultural.
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