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Un 40% de los jóvenes de entre 14 y 18 años que juega habitualmente con videojuegos -que correspondería al 26,4% del total de los adolescentes españoles- reconoce haber tenido algún tipo de problema por esta causa, como abandono de sus tareas escolares, alteraciones horarias o problemas en el ámbito familiar.

Esta es una de las conclusiones del estudio «Jóvenes y videojuegos» que, dirigido por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción y editado con el Instituto de la Juventud del Ministerio de Trabajo, fue presentado ayer por el director técnico de la FAD, Eusebio Megías, y la profesora del Departamento de Ciencias de la Educación de la UIB Aina Calvo.

Megías negó que los videojuegos sean una droga, pero reconoció en que tanto detractores, como defensores coinciden en que «enganchan». Los factores que «enganchan» al videojuego son «que sea impactante y atractivo, que permita cierta fantasía de realidad y que no sea demasiado complicado de jugar». En general, dijo, «los videojuegos tienden a recrear situaciones que banalizan determinados criterios éticos, como conductas sexistas, apologías del machismo, actitudes racistas o violentas».