La comunidad docente se muestra dividida ante la posibilidad de que
el conocimiento del catalán pueda ser exigido a los profesores
contratados por la Universitat por periodos de más de dos, años tal
como proponía la enmienda que el Claustro de la UIB rechazó el
pasado lunes, con 60 votos en contra, 47 a favor y 26
abstenciones.
La enmienda fue presentada por el responsable del Departamento
de Filología Catalana de la UIB y miembro del Claustro, Joan Mas,
quien ayer lamentó que el actual Rectorado «ha perdido la última
oportunidad para avanzar en el proceso de normalización lingüística
de la Universitat».
Recordó que «la UIB tiene suficiente autonomía como para decidir
los requisitos que tiene que exigir a sus profesores contratados»,
una figura que cambia en virtud de la nueva Ley Orgánica de
Universidades, ya que ésta favorece este tipo de contrataciones
que, además, pueden ser de larga duración.
Pero dentro del Departamento se han podido escuchar voces
discordantes, que no están tan de acuerdo con el contenido de la
enmienda. Para el coordinador del Plan Estratégico, el vicerrector
Carles Manera, éste debate se ha «sobredimensionado» y ha tapado un
«trabajo colectivo» que ya preveía la promoción del catalán en las
aulas, no como requisito pero sí como mérito.
Mientras, el presidente de la Obra Cultural Balear, Antoni Mir,
declaró que «la Universitat debe poder garantizar la docencia en
lengua catalana». También apuntó que si el catalán es un requisito
indispensable en las etapas educativas obligatorias, «parece lógico
que también lo sea en la universitaria».
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