TW
0

C.AGUSTIN
El obispo de Mallorca, Teodoro Ubeda, presidió ayer la solemne eucaristía que tuvo lugar en la iglesia de la Anunciación de María y que estuvo marcada por la ausencia del Crist de la Sang, una imagen del siglo XVI que quedó destrozada el miércoles por la acción de un perturbado.

La celebración religiosa contó con la presencia del alcalde de Palma, Joan Fageda, la delegada de gobierno, Catalina Cirer, el presidente de la junta rectora de las cofradías de Palma, Tomás Darder, y la de los «prohoms» y «sobreposats» de La Sang. Todas las autoridades expresaron su dolor ante lo ocurrido, especialmente Catalina Cirer: «Vengo a La Sang porque es mi parroquia. Somos las mismas personas de siempre, aunque no esté la imagen».

Teodoro Ubeda hizo referencia a lo ocurrido durante la eucaristía: «Toda Mallorca vive la conmoción que ha supuesto el destrozo de una imagen tan venerada como la del Crist de la Sang» de lo que no cabe duda «es de que no ha sido una profanación intencionada sino la actuación imprevisible de un enfermo».

El obispo agradeció el apoyo recibido por parte de las instituciones y de los fieles que, con tanta prontitud, acudieron a interesarse por lo ocurrido. Ubeda afirmó que, en este momento, no se puede asegurar que la imagen esté restaurada para Semana Santa. «La imagen ha quedado prácticamente destrozada y, aunque es nuestro deseo que esté rehabilitada para las fiestas de Pascua, lo cierto es que no se puede garantizar», dijo. El Crist de la Sang está en el taller diocesano de restauración y, «aunque se trabaja a buen ritmo, se tiene que hacer de manera fiel y perfecta, dejemos que los expertos hagan su trabajo», precisó el obispo.

Tomás Darder intervino también en esta emotiva celebración: «Como presidente de la Asociación de Cofradías de Palma y como cristiano participo del duelo que vivimos. Es un golpe muy fuerte que nos ha llegado de golpe pero no hemos de olvidar que pronto será totalmente restaurada». En las próximas procesiones de Semana Santa los «sobreposats», aquellos que llevan la imagen del Sant Crist, y los «prohoms» que son quienes la envuelven, llevarán la imagen que se veneraba con anterioridad a la que ha sido destrozada. Es una más pequeña y la sustituirá hasta la definitiva restauración.